jueves, 3 de enero de 2013

DOLOR POSTURAL, LA EPIDEMIA MÁS EXTENDIDA DE ESPAÑA, 2ª PARTE

Cada vez más personas acuden al médico quejándose de vértigo, mareo, dolor de cabeza o de pies, irritabilidad, dolencias cervicales o lumbares, o algún tipo de mal inexplicable que los expertos no les han sabido diagnosticar ni tratar. Los afectados empiezan a peregrinar de un especialista a otro sin obtener resultados satisfactorios, y llegando frecuentemente a la desesperación.


Los estudios de los posturólogos han permitido definir un nuevo síndrome: el Síndrome de la Deficiencia Postural (SDP). Bajo este nombre se engloban todas las dolencias derivadas de alteraciones en el sistema postural fino, dando una respuesta a todas esas personas, además de una esperanza para terminar con su mal.
Según dicen, la postura corporal no representa más que la punta del iceberg de un sistema mucho más complejo.
La actividad física, un gran medicamento
La actividad física es la fórmula más eficiente tanto para prevenir como para acelerar la recuperación del dolor postural en general
La columna vertebral está considerada como el elemento fundamental del cuerpo y su postura. Constituida por 26 vértebras, y rodeada por músculos y ligamentos que hacen que se mantenga erguida y firme, es altamente responsable de la postura de cada uno. En consecuencia, requiere que esta musculatura esté fuerte y equilibrada, para así aportarle la estabilidad y el funcionamiento que requiere.
En la juventud la espalda suele no producir dolor debido a la actividad física que suele caracterizarla, pero a medida que nos hacemos mayores, la actividad disminuye y la sigue cierto deterioro muscular que, junto a una falta de equilibrio y coordinación, pueden ser responsables de estos daños.
Se tenga la edad que se tenga, se recomienda practicar periódicamente actividades saludables para la espalda, de bajo impacto y sin brusquedad, como nadar, caminar, yoga, pilates, etc., muy al gusto de cada cual, de lo contrario están destinadas al abandono.
El ejercicio físico realizado correctamente tiene efectos increíblemente beneficiosos para la salud y la higiene postural, pero tiene su cara oscura…: practicado erróneamente puede resultar dañino y contraproducente. Aprender a conjugar las palabras “actividad bien hecha” con “buenos resultados” resulta esencial cuando hablamos de prevenir o curar el dolor postural, y, cómo no, de la vida misma.


MOVIMIENTOS CORRECTOS, POSTURA PREVENIDA
¿Cuántas veces hemos acabado una jornada laboral con contracturas o fuertes dolores en la espalda debido a las malas posturas frente al ordenador? Seguramente, muchas o bastantes. Y seguramente, muchas o bastantes veces nos habremos preguntado qué posición concreta nos lo ha provocado.
En general, se considera que el cuerpo sufre cuando estamos mucho tiempo en la misma posición, adoptamos posturas forzadas o incorrectas, realizamos esfuerzos importantes o de forma repetida, y llevamos a cabo movimientos súbitos o violentos.
Conocer aquellas situaciones que pueden ser contraproducentes para la postura, así como aprender a realizar correctamente algunas actividades cotidianas como estar sentado, mantenerse de pie, agacharse, hacer las tareas domésticas o coger peso, pueden ser mecanismos muy eficientes para prevenir los dolores posturales, especialmente los de espalda.
¿Cómo sentarse?
Debes estar colocado a una altura adecuada para la tarea que te dispones a hacer. La espalda debe tener un buen apoyo lumbar. Los pies deben apoyarse completamente en el suelo, y las rodillas deben mantenerse al mismo nivel, o por encima, de las caderas. Como estrategia: cambia la posición de sentado a menudo y camina por la estancia con frecuencia o estira suavemente los músculos para aliviar la tensión. Una almohada o una toalla enrollada, incluso una Softball a medio hinchar, colocadas detrás del área lumbar, pueden ser de gran ayuda. Para los pies, puedes usar un pequeño escalón, una pila de libros o cualquier otra superficie elevada para posicionarlos a la altura apropiada.
¿Cómo mantenerse parado de pie?
Estar de pie en postura estática es perjudicial para la espalda. Para largos periodos en esta posición, debemos intentar colocar un pie en alto, por ejemplo sobre un escalón, e ir alternando con el otro cada cierto tiempo.
¿Cómo agacharse o coger peso?
Tanto en un caso como en el otro, lo adecuado es flexionar las rodillas para poder ayudarse con las piernas y no cargar todo el peso solo sobre la espalda. Lo más habitual es que nos encorvemos hacia delante, pero lo correcto es agacharse con las rodillas flexionadas y la espalda recta.



¿Cómo dormir?
En principio, pasamos de 6 a 8 horas al día tumbados, demasiadas horas como para que adoptemos malas posturas. La postura en la que dormimos está fuertemente relacionada con los dolores de espalda, por lo que no hay que olvidarla.
La postura ideal al estar tumbado o durmiendo es aquella en que la columna está en igual posición que cuando nos mantenemos de pie. En este caso sería: (1) Tumbados boca arriba con las rodillas flexionadas y una almohada colocada debajo de éstas. De esta forma se evita demasiada curvatura y tensión en la zona lumbar. (2) Tumbados de lado sobre un costado, en posición fetal, con las rodillas y caderas flexionadas, y con la cabeza y el cuello alineados con el resto de la columna. (3) No es recomendable dormir boca abajo, ya que se altera la curvatura normal de la columna lumbar, y obliga al cuello a permanecer girado hacia uno de los lados para poder respirar.
Otras recomendaciones
* El colchón y el somier deben tener una dureza intermedia, ni demasiado duros ni demasiado blandos, permitiendo una buena adaptación a las curvas naturales de la columna.
* La almohada debe ser baja para no forzar la curvatura del cuello, nunca muy alta ni tampoco dormir sin ella.
* Las camas grandes son más recomendables permitir mantener posturas más relajadas, así como cambiar de postura con frecuencia y facilidad.

AUTOR: Paulina Savall

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