viernes, 4 de enero de 2013

LAS REGLAS DEL JUEGO 2ª PARTE


De nuevo con el antienvejecimiento y nuestra forma de vida….
En otros artículos ya he comentado el concepto de “energía” para explicar la forma de mantenernos sanos, y lo puedes ver ampliado en mi web www.drperaita.com. Está claro que a mayor energía, mayor capacidad para mantenernos sanos. Por eso es tan importante establecer una forma de comer correcta que nos proporcione esa energía, además de los elementos materiales para renovar nuestra estructura. 



Pero es que, además, el tipo de alimentos que recibimos y nuestros hábitos también influyen en nuestras hormonas, en nuestras defensas, en nuestros neurotransmisores, etc. Por otro lado está la genética, aquellos puntos fuertes o débiles con los que hemos nacido, nuestros “talentos” y nuestras “tendencias”. Si tienes una tendencia genética a tener malas arterias, por ejemplo, deberás adecuar tu alimentación a favorecer tu sistema arterial, y también tu suplementación que, en definitiva, es comida concentrada y ajustada sinérgicamente. El tercer aspecto es el entorno y la experiencia del mismo, que puede ser favorable o desfavorable.
Por todo ello se podría decir, como resumen, que la forma de vida que nos permite ser eficaces para mantener la salud está basada en la cultura de los buenos hábitos. Y los hábitos son esas pequeñas cosas que, hechas de una forma frecuente, generan estructuras estables en nuestra vida. Por supuesto vamos a preferir los hábitos buenos, y a estos me quiero referir, de una forma general, que valga para todo el mundo, si bien ya he dicho que luego se pueden ajustar más teniendo en cuenta las características que la genética o el entorno van determinando en cada uno de nosotros.
Minimiza tus niveles de estrés: Tan fácil que es decirlo y lo difícil que parece ponerlo en práctica. Nos hemos llegado a identificar con el ruido de nuestra mente, nos creemos que somos nuestros pensamientos, luego el primer paso para ser capaces de controlar nuestra vida es no ser dominados por el ruido de nuestra cabeza. El estrés genera grandes cantidades de cortisol, que es la hormona que nos consume y nos inflama si está en desequilibrio. No dar exceso de importancia a las cosas que no la tienen tanto, y no generar expectativas que no vamos a ser capaces de cumplir son dos pasos importantes. La Nutrienergética, las técnicas de EFT (técnicas de tapping para la liberación emocional), y un buen número de suplementos pueden ser eficaces en este campo.

Ten una exposición adecuada a la luz solar o toma suplementos de calidad de vitamina D3: sus niveles se pueden medir fácilmente en una analítica de sangre. Casi el 100% de las células del cuerpo son influenciadas por esta vitamina, que es capaz de activar unos 3.000 genes de nuestro organismo y disminuir la tendencia a cáncer hasta un 50%.

Intenta comer alimentos no procesados, naturales y no expuestos a pesticidas u otros químicos. 
Controla tus niveles de insulina y leptina. Disminuye los alimentos “tipo azúcar”, como las harinas, los dulces, los siropes de fructosa, los edulcorantes, etc. Esto te beneficiará en el control del peso y en la inflamación.
Haz ejercicio de forma habitual, mantente en movimiento, y busca adecuar los niveles de intensidad a tu edad y condiciones, si bien intensidad alta se ha visto ligada a mejoras en los sistemas hormonales y en el antiaging, mientras que ejercicios de baja intensidad son más oxidativos.
Consume grasas saludables: el aceite de oliva, aceite de coco, mantequilla y leche naturales, jamón y carne roja de calidad (de alimentación natural también), huevos de granja, etc., y suficientes omega 3 (casi siempre en suplementos pues los pescados azules que los contienen también aportan peligrosas cantidades de mercurio a la vez).
Limita tu exposición a toxinas: dificilísimo hoy en día, pero al menos evita fumar, abusar de alcohol, de insecticidas, etc.
Para beber consume principalmente agua pura: aquí puedes incluir también algunas infusiones y caldos de verduras no procesados. Un poco de alcohol se ha visto que tiene beneficios para el sistema cardiovascular. Por el contrario, la mayor parte de refrescos y sodas contienen cantidades muy grandes de edulcorantes, carbónico, azúcares, etc., que al cuerpo le cuesta mucha energía contrarrestar. El agua embotellada en plástico también contiene estrógenos, por lo que no se debe abusar de ella, de modo que es un buen consejo que dispongas de un filtro de calidad en la conducción de agua de tu casa para autoabastecerte.


Duerme al menos siete horas diarias: numerosos estudios insisten en este tema y en como los ritmos circadianos afectan a todos nuestro órganos. Un sueño de calidad es vital. Recuerda que durante el día gastas tu adrenalina para defenderte del estrés. Pues esta adrenalina la recuperas durante el sueño nocturno. Con un sueño de baja calidad no dispondrás de suficiente adrenalina para defenderte de tu estrés diario y te sentirás aún más cansado.
Hay suplementos muy eficaces e interesantes. Como antienvejecimiento, el suplemento clave sería la coenzima Q10, que es el antioxidante específico de la mitocondria, el lugar de las células en donde se produce la energía. Los niveles de Q10 disminuyen en nuestro cuerpo a partir de los 25 años, ya partir de ese momento las mitocondrias serán menos efectivas. Se suele necesitar en dosis de 200 mg, y funciona mejor al combinarlo con carnitina. El nivel de Q10 es otro parámetro que se puede medir en una analítica de sangre para ver si realmente debemos suplementarla. Otros suplementos muy importantes, que también he tratado en artículos anteriores, son la mencionada vitamina D3, la vitamina K, el selenio, los ácidos grasos omega 3, una buena flora intestinal, los antioxidantes alfa lipoico, astaxantina y SOD. Para el cerebro el deanol, la vimpocetina y la acetil L Carnitina, etc.
En definitiva, el envejecimiento saludable consiste en tener asumidos un conjunto de hábitos correctos, que día a día van sumando energía y nos permiten afrontar con mayor probabilidad de éxito los diferentes obstáculos que nos vamos a ir encontrando en nuestro camino, de manera que cumplir setenta u ochenta años no sea un problema real, ya que durante los años anteriores hemos ido invirtiendo en poder entonces disponer de la vitalidad suficiente para disfrutar de nuestros días. Merece la pena intentarlo. Salud.

AUTOR: Miguel Angel Peraita Gómez de Agüero



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