viernes, 4 de enero de 2013

CUÁDRICEPS FEMORAL: EXTENSOR DE RODILLA

El cuádriceps femoral cuenta con cuatro cabezas distintas como origen del musculo. Todas las cabezas o porciones se unen para terminar conformando un tendón común: el tendón rotuliano, que pasa por encima de la rótula, protegiéndola. Las porciones o cabezas varían su denominación en función del texto que manejemos, pero se interpretan de forma muy sencilla.



Existe una externa (vasto externo), otra interna (vasto interno), otra profunda (crural) y otra superficial (recto anterior). Curiosamente, la unión de todos los vastos hace que el peso del cuádriceps sea el mayor peso de los músculos de la pierna, incluso superior al peso del Glúteo mayor.
La acción principal del cuádriceps es la extensión de la rodilla, de hecho, es el único musculo extensor de esta. El tendón-ligamento rotuliano, al pasar por encima de la rotula, la utiliza como si se tratara de una polea de reflexión, de tal forma que aumenta considerablemente el momento muscular. Su eficacia es considerable. El músculo podría provocar una extensión mayor de lo que permite la articulación. La fuerza sobrante, llamada “hipersuficiencia muscular”, se usa en el trabajo estático, de tal forma que pierna y músculo se convierten en un pilar único, muy resistente y fundamental para la sustentación del cuerpo.
Acerca del ejercicio, es obvio decir que es un ejercicio de técnica sencilla, casi intuitiva. Sin embargo, tiene diversas posibilidades y variaciones. Es un ejercicio imprescindible para el practicante novel que quiera aventurarse con posterioridad a trabajar la Sentadilla o las Zancadas (Lunges o Splits, también se pueden llamar).
El movimiento debería empezar, por razones de seguridad articular, con la rodilla en 90º como ángulo máximo. Si trabajamos los últimos grados del movimiento, antes de la extensión, o giramos las puntas de los pies hacia fuera, estaremos incidiendo en el vasto interno del cuádriceps. Si por el contrario, realizamos la primera fase del movimiento con los pies hacia dentro, estaremos incidiendo en el vasto externo. Estas variaciones son interesantes a la hora de fortalecer la rodilla y mejorar condromalacias rotulianas o desplazamientos dolorosos de la rótula, ya que los vastos tensan el tendón como si de un arco se tratara, pudiendo compensar deficiencias o lesiones en la rodilla.

Consideraciones sobre el equipamiento: tenemos 3 características fundamentales que van a definir la idoneidad de esta máquina. En primer lugar, la posibilidad de inclinar el respaldo. Deberíamos poder decidir que inclinación queremos, no necesariamente la que el fabricante proponga. En segundo lugar, la posibilidad de mover el asiento y regular los rodillos, para que la máquina sirva para personas de distinta talla. Y en tercer lugar,  la disposición del brazo de movimiento. Este brazo, que termina en los rodillos, puede ser lateral o central. Cualquiera de las dos posibilidades tiene ventajas e inconvenientes.
Si la disposición del brazo de movimiento es central, aseguramos una larga vida al eje de los rodillos, ya que haremos la misma fuerza con ambas piernas sobre ambos rodillos. Por el contrario, es muy poco habitual que las máquinas con el brazo de movimiento central tengan la disposición de cargas lateral, sino que suele situarse detrás. Esto hace que la manipulación sea más complicada a la hora de trabajar series descendentes o en las que busquemos el fallo muscular bajando el peso progresivamente. Además, estas máquinas suelen ocupar más que las que tienen el brazo de movimiento en posición lateral. 
Sobre las máquinas con el brazo de movimiento en posición lateral, el eje de movimiento y el rodillo están más expuestos a sufrir mayor desgaste, ya que el eje del rodillo va cediendo al empujar con una pierna más cerca de este que con la otra. Es importante un eje sólido y reforzado, al igual que un brazo “consistente”, de lo contrario, el eje del rodillo cederá y tendrá holgura en poco tiempo. Estos refuerzos encarecen el producto. A favor, podemos citar que la carga se puede situar en la parte lateral con mayor facilidad, posibilitando una manipulación más cómoda. Esto, a su vez, provoca una menor dimensión del equipamiento.
En resumen, estamos ante una máquina fundamental en cualquier centro deportivo. Por su función analítica en cuanto al movimiento producido y por la utilidad en el campo de la rehabilitación y recuperación muscular. A criterio del comprador dejamos la decisión de elegir un brazo de movimiento central o lateral, aunque es importante que la máquina tenga numerosas posibilidades de ajuste en ambos casos: ajuste de la inclinación, de la distancia del asiento al eje de la rodilla, del ángulo del comienzo del ejercicio y de los rodillos de los empeines. Además, debemos buscar la posibilidad de manipular la torre de carga con seguridad y facilidad.

AUTOR: Gabriel Hernando Castañeda

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