martes, 15 de enero de 2013

EJERCICIO Y CORAZÓN: SABER PREVENIR Y ENTRENAR ADECUADAMENTE

La muerte súbita es un concepto que se ha hecho popular porque ha ocurrido a deportistas atendidos por los medios, pero no es nuevo en absoluto. Los expertos hace tiempo que estudian y crean políticas de prevención y estipulan pautas cuando aparecen cardiopatías para seguir con la actividad física y/o deportiva.


Una tragedia que, a veces, puede evitarse. La muerte súbita de una persona joven y aparentemente sana es un hecho que produce un gran impacto social y familiar, sobre todo si tiene lugar durante la práctica deportiva. El hecho de que ocurra en deportistas de élite, especialmente cuando la noticia llega a los medios de comunicación, hace que la sociedad se haga eco de un hecho que podría prevenirse más. Este tipo de muertes suscitan un gran debate sobre cuáles han de ser las exploraciones médicas a las que ha de someterse una persona antes de realizar un deporte, ya sea de forma profesional o aficionada. Aún así, abundan más las recomendaciones que las obligatoriedades y saltan las alarmas sobre los reconocimientos médico-deportivos mínimos, necesarios y adecuados para no seguir incrementando la estadística. En especial para que la información llegue a donde entrenan, compiten, juegan y practican todas las personas de cualquier edad y condición. 

Los profesionales no podemos estar al margen de esta información. Para ello los expertos ponen a nuestra disposición dos documentos importantes, disponibles y accesibles desde la web de dos grandes grupos en nuestro país, referentes en este tema que nos concierne en este número:



  • El Consejo Superior de Deportes (disponible en la web de la Federación Española de Medicina del deporte: www.femede.es): Reconocimientos médicos para la práctica deportiva.
  • La Sociedad Española de Cardiología (www.secardiologia.es): Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología sobre la actividad física en el cardiópata (1).

El objetivo no es presentar aquí la infinidad de datos sobre muerte súbita y cardiopatías en torno a la práctica deportiva, sino poner en conocimiento la importancia de estas publicaciones. 

En el primero de ellos, la propuesta de sistema de reconocimientos médicos para la práctica del deporte por parte del Consejo Superior de Deportes, basado en los conocimientos científicos, tras muchos estudios de seguimiento. Recogen en este documento las políticas de prevención, de la mejora del uso de de la Reanimación Cardiopulmonar en el ámbito deportivo (los estudios muestran que la tasa de supervivencia se triplica si se aplica precozmente desfibrilación cardiaca) y políticas basadas en la instauración de reconocimientos médico-deportivos previos a la práctica.

La segunda referencia de hoy en este rincón contiene las normas generales de actuación para la concesión de la aptitud para la práctica deportiva, tanto a nivel recreativo como de competición.

Muchos pacientes que presentan una patología cardíaca no quieren renunciar a una actividad física o deportiva que realizaban previamente y, por otra parte, es indudable que muchas cardiopatías pueden beneficiarse de un plan de ejercicio físico. La realización de éste con un mínimo riesgo para el paciente hace necesario un exhaustivo conocimiento de los procesos adaptativos cardíacos al esfuerzo, una valoración personalizada de la patología y una prescripción adecuada del plan de entrenamiento en función de la patología existente.


Se recogen las características y los objetivos del reconocimiento cardiológico previo a la actividad física y del deporte. Qué tipos de pruebas realizar y en función de los resultados, actuar. Los autores de esta guía redactan las pautas para el reconocimiento cardiológico básico, después de analizar todos los estudios referentes a este tipo de valoraciones. Existe en la propia publicación un modelo práctico de reconocimiento cardiológico deportivo básico, el cual se compone de los siguientes apartados: valoración de los antecedentes patológicos personales y familiares, actividad deportiva realizada, exploración física, electrocardiograma de reposo de 12 derivaciones y prueba de esfuerzo, al menos submáxima, valorativa de capacidad funcional. 

Y cuando llega a nuestras manos un cardiópata ¿qué hacer? En esta misma guía están las pautas de intensidad, frecuencia y duración del ejercicio para diferentes cardiopatías, además de las limitaciones, contraindicaciones y adaptaciones.  

En definitiva, todos los estudios que recogen estas publicaciones llevan a recalcar la importancia de llevar a cabo los reconocimientos médico-deportivos para realizar cualquier tipo de actividad física o deportiva. Los profesionales tenemos que contribuir para hacer hincapié en esta necesidad, y conocer bien qué hacer para prevenir y para entrenar cuando alteraciones cardiológicas aparecen.


BIBLIOGRAFÍA:
1. Pérez, A. B., Rodrigo, A. B., Fernández, J. R. B., et al. 2000. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología sobre la actividad física en el cardiópata. Rev Esp Cardiol, 53(5), 684-726.

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