jueves, 13 de junio de 2013

INTEGRACIÓN DE UN SPA EN UN CENTRO WELLNESS

Cuando iniciamos nuestro proyecto en 2003, no nos planteamos en ningún momento introducir un spa en un centro deportivo como el que teníamos pensado desarrollar, dado que tanto el coste como la necesidad de espacio condicionaba bastante dicha inclusión. 
Por entonces había comenzado una oleada de aperturas de spas urbanos independientes en nuestro país y empezamos a acariciar la posibilidad de incluirlo en nuestro proyecto.


Fruto de diversas visitas a Spas por la geografía nacional y tras analizar que podría ser un importante atractivo para nuestra instalación decidimos realizar un proyecto de viabilidad para esta actividad concreta, después de barajar diversas opciones nos aventuramos no sin riesgo a dedicarle un espacio importante en nuestro centro.
Sin embargo a diferencia de otros balnearios urbanos integrados en centros deportivos quisimos que fuese un área completamente independiente a la par que adherida al área deportiva.
El enfoque que existía en instalaciones similares era que el usuario del centro deportivo tenía la posibilidad de disfrutar la zona de aguas libremente siempre que quisiera. 
Nosotros pensamos que podría perder cierto valor el hecho de no utilizar la terapia acuática de una forma correcta y de esta forma podría convertirse en una zona desaprovechada a la par que muy costosa de mantener, dado que no aportaba ingresos extraordinarios. Esto último fue otro de los pilares importantes que influyó en el modelo de Spa que elegimos.
Con este planteamiento bastante claro, diseñamos la  instalación dirigida a que tanto nuestro cliente interno como el cliente que viniese de fuera tuviera la sensación en todo momento de que estaba en un centro especializado, con trato profesional, donde vivir una experiencia exclusiva, todo ello nos permitiría comercializar mejor el espacio, haciendo más atractiva la inversión.


Una vez el diseño quedó definido, construimos la instalación sobre un edificio completamente nuevo y abrimos tanto el centro deportivo como el área de aguas, no tardamos en darnos cuenta del acierto que supuso el planteamiento inicial, pues a diferencia de otro esquema de instalación se convirtió en un área de negocio independiente.
Hay que decir que el hecho de estar en un centro wellness hace que la explotación sea distinta a la de otros centros como balnearios termales, talasos, spas urbanos,  etc.
Normalmente tenemos una cartera de socios recurrentes que hacen uso de las instalaciones continuamente a lo largo del año. Cosa que nos diferencia del resto de las instalaciones que no están en centros wellness. La exigencia siempre es muy alta por parte del cliente, ya que nos está testando cada día.
En nuestro centro los socios tienen derecho a dos circuitos de aguas a lo largo del mes con la cuota de socio, establecimos que para disfrutarlos debía existir reserva previa a fin de controlar el aforo, además dichos circuitos se tenían que realizar de forma ordenada para obtener el máximo beneficio terapéutico. Esto hace que una gran parte de nuestros clientes disfruten mensualmente de sus sesiones de spa, dado que de verdad notan unos efectos saludables al finalizar cada sesión.
En una zona de aguas de entrada libre para el socio de un centro deportivo sería complicado obtener las mismas sensaciones dado que normalmente no se ordena el uso del área de agua.
Fruto de esta satisfacción, los socios del club wellness compran bonos de circuitos para ellos mismos y para familiares. Además la aplicación de este sistema nos permite una venta considerable a clientes externos, dado que en todo momento piensan que están visitando un balneario urbano, pues está bastante diferenciada el área de aguas de el área deportiva.


La misma experiencia tenemos con los tratamientos en cabina, gracias a que los clientes son recurrentes existe bastante exigencia hacia los profesionales (terapeutas, esteticistas). En este caso a diferencia de otro tipo de centros importa mucho que dichos profesionales capturen al cliente y lo fidelicen.
En cabina adquieren mucha importancia los servicios de Fisioterapia, osteopatía, tratamiento de lesiones derivadas del deporte, etc., pues están directamente relacionados con la actividad deportiva que se practica en el mismo centro. Ocurre que el cliente de wellness utiliza con asiduidad este tipo de servicios, siendo muy exigente en la calidad del terapeuta. Sin embargo en un balneario de costa, o de aguas termales los protagonistas son otro tipo de servicios, el cliente busca más la relajación que la cura de una patología concreta.
Sin dejar de lado los tratamientos de estética, que en este tipo de centro igualmente ocupan una parte importante del trabajo en cabina, donde como decía antes tiene mucha importancia la fidelización del cliente que usa el área fitness, y cuyas necesidades de servicios recurrentes como depilación, tratamientos faciales, corporales toman protagonismo.
Nuestra actividad comercial en el área de Spa, siempre gira en dos direcciones, una para el cliente de la instalación y otra dirigida al cliente externo. Usamos diferentes estrategias en función de la procedencia de cada uno.
De esta manera hemos conseguido que la cifra de negocio del área de balneario esté repartida a partes iguales entre los internos y externos. Lo que hace que el espacio dedicado aporte rentabilidad al centro. 

AUTOR:  Jose Luis Torrecilla de Vicente.

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