jueves, 13 de junio de 2013

LA ESENCIA DEL FITNESS

Divulgar los beneficios de la práctica del fitness desde un medio como Gym Factory, es tan habitual y cotidiano que tratar de explicarlo sería obvia redundancia. También está sobrentendido que desde aquí se propongan iniciativas de distinto carácter destinadas a promover, fomentar y actualizar el fitness y las distintas actividades que éste abarca, así como proyectar ideas de estrategia comercial avaladas por la formación y experiencia de diversos profesionales especializados en dirección y gestión deportiva. En definitiva, un equipo técnico heterogéneo que aglutina todas las áreas de un sector siempre en auge y exigente en su proyección futura.


Desde este espacio que generosamente me concede G. F., me propongo exponer algunas ideas acerca de lo que considero es el fitness en esencia, y con qué nobles fines debería plantearse su aplicación práctica que, a mi entender, convendría dirigirla hacia objetivos que determinen su verdadero valor. Este valor esencial al que me refiero se centra en la aportación comprobable que el fitness y su propuesta de estilo de vida tienen individual y colectivamente. En el plano individual los beneficios de su adecuada práctica son constatables y probados, en el colectivo, la positiva repercusión social de esta actividad no parece que haya sido ponderada rigurosamente. Sería interesante disponer de datos fiables al respecto, si los hay yo no los tengo, sólo puedo servirme de la evidencia observada a lo largo de casi cuatro décadas. Me gustaría saber, por ejemplo, cuál es el coste sanitario medio por individuo entre los practicantes de fitness de forma habitual y prolongada para compararlo con el coste medio general. También sería interesante conocer sus efectos en la llamada medicina preventiva que podríamos llamar también ahorrativa, si como nos han enseñado prevenir es curar. Todo esto nos da una idea de cuál es nuestro verdadero valor, de la aportación patente que el fitness brinda a la sociedad, más allá de modas triviales, culto al cuerpo desmedido y adicción a la imagen. En mi opinión esta es la clave: la aportación. 

Es comprensible y legítimo que como empresarios de este o cualquier sector, se busque el beneficio económico, sin embargo, del modo de alcanzarlo puede depender conseguir resultados duraderos. Si desarrollamos el ejercicio de nuestra profesión como un mero acto mercantil: venta de un producto o servicio resultante en ganancia o provecho económico, aún sin perjuicio de que este hecho sea gratificante, limitaría nuestras posibilidades de aportar elementos de valor: componentes esenciales de la filosofía fitness. Pero si fijamos nuestro objetivo primordialmente en la obtención de logros y beneficios para nuestros clientes; si sabemos transmitir y demostrar verazmente que nos ocupamos de satisfacer sus pretensiones; si manejamos adecuadamente la sensibilidad, empatía y capacidad de instruir y enseñar el estilo de vida que promulgamos, estaremos produciendo la aportación a la que me refiero. De esta forma el objetivo es compartido con el cliente, y el hecho de compartir favorece y humaniza las relaciones. No se me ocurre una manera mejor de lograr una arraigada fidelización.


La propuesta de esta reflexión se inspira en la aportación como objetivo, es decir, ofrecer elementos de valor que proporcionen mejoras y beneficios a otros; y no me estoy refiriendo a un acto meramente altruista, lo cual ya sería meritorio per se, lo que trato de exponer es la idea de no confundir objetivo con resultado: me explico. Si como objetivo elegimos la citada aportación, el resultado derivará en beneficio económico: justa compensación al trabajo realizado. Sé por experiencia que los méritos no siempre devienen en fortuna, pero es rotundamente cierto que, con frecuencia, ésta es sucesora de aquellos. Por tanto, cultivar méritos aumentará las posibilidades de obtener beneficios no solo de tipo económico, también puede acercarnos a esa parte de la suerte a la que no se llega sin buscarla.  
Existen pocas dudas de que se avecinan cambios importantes, hecho que por otra parte genera incertidumbre, ya que tales cambios no son fácilmente predecibles, y habremos de servirnos de la intuición para afrontarlos con cierta garantía, estando bien atentos a las tendencias que se vayan produciendo. El razonamiento lógico también nos puede ayudar, por lo que buscar respuesta futura a la situación actual dentro de un marco de cohesión deducible, favorecerá hallar la orientación que debemos dar a nuestros planes de actuación. La aventura de despejar incógnitas de futuro implica asumir riesgos, pero cuenta con la ventaja de que los acontecimientos no nos cogerán dormidos.

Creo que los nuevos tiempos van a modificar los planteamientos de vida de muchas personas, que devendrán cautas y reflexivas, probablemente también menos manipulables y con mayor determinación en sus decisiones en general, capaces de discernir sobriamente el valor real del aparente. Esto exigirá situarse a la altura de las circunstancias. Frecuentemente las estrategias de marketing contemplan al individuo como sujeto susceptible de consumir, cuya conducta puede ser dirigida o modificada mediante el estímulo adecuado, y es verdad. Empero, si ahondamos en el concepto del fitness, hallaremos que sus practicantes son algo más que meros consumidores efímeros u ocasionales (también los hay pertenecientes a esta categoría), pues el fitness en su concepto intrínseco influye al individuo en su “autorrelación”, y su práctica habitual tiene una repercusión trascendente con independencia de cuales sean los objetivos que lo motivan.


Si concedéis algún valor a los argumentos precitados, entenderéis perfectamente por qué es importante la aportación en toda su dimensión profesional y humana. Somos algo más que desarrolladores de una actividad empresarial o comercial, pues contamos con la posibilidad de facilitar cambios positivos en vidas ajenas, si honestamente somos capaces de pergeñar esta cualidad, conseguiremos una gran aportación sin que implique más esfuerzo que un acto de voluntad y buena disposición, tan solo dependerá de dar la orientación adecuada. La rentabilidad económica no se verá perjudicada por incorporar valores éticos al ejercicio de nuestra profesión, por el contrario, será un componente valioso que sobrevendrá en beneficio en sentido lato. Tal vez convenga añadir este concepto al resto de recursos y estrategias dedicadas a la promoción del fitness, apenas necesitamos un ápice de inspiración para profundizar en su esencia.

AUTOR: Antonio Manzano.

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