lunes, 23 de diciembre de 2013

A TRAVÉS DE LA VENTANA

En el libro “Alicia a Través del Espejo,” una de las célebres obras del escritor Lewis Carroll (1832-1898), la protagonista juega a que existe una manera de atravesar el espejo de su salón. Muchos de los eventos que acontecen a lo largo de sus páginas, aparecen reflejados metafóricamente en el espejo. Pero de repente el cristal se torna blando como la gelatina permitiendo que Alicia pase a través de él. Es ahí, en una loca partida de ajedrez al otro lado del espejo, donde ella se encuentra con variopintos y pintorescos personajes que le ayudan a comprender mejor quién es ella y quiénes son los demás. 
Ahora bien, ¿no sería fascinante si cómo Alicia, fuésemos capaces de mirar o penetrar dentro de un espejo, o una ventana, que nos permitiera inspeccionar nuestro interior y modificar las áreas deficientes de nuestra personalidad? 
La “Ventana de Johari,” es una herramienta psicológica diseñada para lograr tal fin. Su denominación resulta de la confluencia de los nombres de  los dos psicólogos de la Universidad de California en Los Ángeles, que la describieron por vez primera en el año 1955: Joe Luft y Harry Ingram. 
Esta ventana esclarece cuatro perspectivas distintas de la personalidad humana. Además, es capaz de modificar esas cuatro perspectivas con la finalidad de lograr una mejor visión sobre lo que un individuo piensa sobre él, lo que no es capaz de ver en él mismo, lo que ignora, lo que esconde, lo que aparenta ser, lo que en realidad es, y lo que ven y no ven los demás en él. Su operatividad se basa en el concepto de “espacio interpersonal.”  
Para comprender este ultimo concepto pensemos en dos puercoespines cubiertos de púas que en una noche helada pasaban mucho frío, y qué para darse calor se acercaron el uno al otro. A medida que la distancia entre ellos era cada vez mas corta, cada uno pinchaba al otro con sus púas. Debido a esta incomodidad, se vieron obligados a separarse nuevamente. Sin embargo, el frío les impulsó a aproximarse nuevamente. Y les volvió a pasar lo mismo. Finalmente, tras acercarse y alejarse reiteradas veces, descubrieron que existía una distancia óptima en la que ambos se sentían bien, sin clavarse las púas mutuamente. Habían encontrado “la distancia justa” para sobrevivir. La Ventana de Johari eleva este concepto a la esfera psicológica y lo divide en cuatro áreas distintas. 


El área “libre o publica” corresponde a todo lo que es conocido por uno mismo y por los demás. Son los aspectos de nuestra personalidad de los cuales tenemos pleno conocimiento, al igual que los demás. Cuando predomina esta área nos mostramos auténticos y tal cual somos. 
El área “ciega o ausente” corresponde a todo aquello que no es conocido por uno mismo, pero conocido por los demás. Son los aspectos de nuestra personalidad que no somos capaces de percibir, pero los demás si. Cuando predomina esta área existe una discrepancia entre lo qué opinamos sobre nosotros mismos y lo qué opinan los demás. 
El área “oculta o secreta” corresponde a todo aquello que es conocido por uno mismo, pero desconocido por los demás. Son los aspectos de nuestra personalidad que no compartimos con los demás. Cuando predomina esta área estamos llenos de secretos que perjudican la calidad del espacio interpersonal. 
El área “inconsciente o desconocida” corresponde a todo aquello que ha sido eliminado de la propia consciencia. Es un área misteriosa e insondable de emociones enterradas, pero no olvidadas, de nuestra personalidad. 
Las cuatro áreas forman un sistema dinámico e interrelacionado, donde los cambios efectuados en una, causan cambios en todas las demás. Todas las relaciones humanas consisten de una serie de “bucles de retroalimentación,” donde cada individuo interactúa constantemente con sí mismo y con los demás. 
Las cuatro áreas varían de tamaño según las personas. Unas áreas se agrandan en algunos individuos mientras que otras se achican. El funcionamiento optimo se logra ajustando las cuatro áreas, cosa que debe ser realizada por un especialista en salud mental. 
Es importante que el área “libre o pública” crezca en tamaño a expensas de las otras tres áreas. Así, el individuo reducirá sus defensas y se abrirá mas hacia los demás.  Se debe disminuir el área “inconsciente o desconocida,” procurando que la persona revele niveles más profundos y auténticos de sí mismo. Finalmente, es importante reducir el área “ciega o ausente” y el área “oculta o secreta.” 
El objetivo primordial de la Ventana de Johari consiste en optimizar el “testeo de realidad,” o sea las concepciones del mundo que admiten la realidad independiente u objetividad del mundo experimentado. De esta manera la persona se verá a si misma tal cual la ven los demás, y será capaz de compartir todo lo que ignoró, lo que no vio, y sus secretos.

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