lunes, 17 de febrero de 2014

BURSITIS TROCANTÉREA Y CADERA EN RESORTE

La bursistis es la inflamación de la bursa de tejido conectivo que rodea a una articulación. Puede ser provocada por artritis, infecciones, traumatismos y ejercicio excesivo. Es característico el dolor intenso en la región afectada que se ve agravado con el movimiento.


En la región del trocánter mayor, prominencia ósea del tercio proximal del fémur, tenemos una de las bolsas serosas que más frecuentemente entran en conflicto mecánico. Su inflamación puede atender a diversas causas, como un traumatismo, una cirugía de cadera e incluso una dismetría en la longitud de los dos miembros inferiores. A estos factores, podemos añadir el uso de calzado inadecuado, la sobrecarga por el ejercicio físico o pequeños traumatismos de repetición, por la ejecución de alguna tarea habitual.
Es característico el aumento de sensibilidad en la región trocantérea, simplemente a la palpación. El dolor aumenta cuando nos colocamos en decúbito lateral, descargando el peso del cuerpo sobre el trocánter afecto y es típico que se irradie a lo largo del fémur, en sentido distal hasta la rodilla y con menos frecuencia al tobillo. En ocasiones las molestias ascienden hacia la nalga. 
Los primeros pasos al pasar desde la sedestación o tras un tiempo de reposo, aumentan las molestias,; que se reducen cuando los tejidos blandos mejoran su viscoelasticidad con el aumento de la temperatura local. Si la actividad se prolonga en el tiempo, es probable que los tejidos tiendan a inflamarse y aumenten las molestias, que se agravan en cuanto los tejidos pierden temperatura y su capacidad viscolástica se reduce. También es típico que el dolor aumente durante la noche y dificulte el descanso nocturno.
Conviene descartar la existencia de depósitos calcáreos alrededor del hueso, que harían más fácil que se produzcan recidivas. El roce de los tejidos blandos de la zona, fundamentalmente el tensor de la fascia lata (TFL), puede que genere una tendinopatía del músculo en cuestión y llegando a producirse la denominada cadera en resorte.

Una de las complicaciones típicas, es la tendencia a cronificarse sin un adecuado tratamiento y las alteraciones del sueño, recordar que es típico el aumento de dolor nocturno.
Los AINES se suelen prescribir para disminuir la inflamación y el dolor. Pero no suelen ser muy efectivos y en cualquier caso, no se dirigen a la causa, si no que tapan el síntoma. Además pueden causar complicaciones gástricas, renales y hepáticas en determinados pacientes. La inyección de un anestésico local con corticoides es una práctica muy extendida, con un efecto más duradero, pero con la posibilidad de debilitar los tendones de la zona y que aumente el riesgo de rotura.
La cronificación de la lesión, puede llevar a que los tejidos de la región de la cadera se fibrosen y reduzcan su elasticidad y capacidad de deslizamiento. Esto en ocasiones conduce a una lesión que se conoce como cadera en resorte.
Lo más común es que sea el TFL, el que roce sobre la prominencia ósea del trocanter. Esa fricción lleva a una inflamación de la bursa y a los cambios mencionados en las características estructurales del tendón. Se entra por tanto en un círculo vicioso que puede perpetuar la lesión. Es común sentir un chasquido y la limitación del movimiento en flexoextensión de cadera.
En otras ocasiones la cadera en resorte se produce por la fricción del psoas-ilíaco, en la eminencia iliopectínea o por un desgarro del fibrocartílago que rodea al acetábulo, lugar en el que se articula la cabeza del fémur y conforma la articulación coxofemoral.
La fricción de la banda iliotibial se pone de manifiesto con aducción de cadera y rotación externa e interna, que produce un resalte del tendón al pasar por encima del trocanter.
Si la cadera en resorte tiene un origen en le fricción del psoas, se evidencia llevando el miembro inferior en extensión, desde una posición de flexión, en bipedestación. Los resaltes de fibrocartílago son una complicación mayor, ya que significa que existe una afectación intraarticular. Normalmente se reduce la rotación interna, duele en el interior de la zona inguinal, se puede escuchar un chasquido y en estados avanzados que aparezca un acortamiento de la pierna. En este caso, ya nos encontraríamos con una coxaartrosis, con peor pronóstico.
En ocasiones la cadera en resorte no es dolorosa, simplemente se nota ese resalte y no limita los movimientos. Para evitar que los signos empeoren, la terapia física, con estiramientos de los músculos que acceden a la pelvis, es el tratamiento más recomendable para mejorar la movilidad y disminuir las molestias. Los estiramientos se deben destinar a los aductores y abductores, flexores, extensores, y rotadores de la cadera.
La cirugía, está indicada en los casos en los que el dolor y la impotencia funcional, impidan el desarrollo de las actividades de la vida diaria. 

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