lunes, 30 de marzo de 2015

EL ENTRENAMIENTO PERSONAL Y LOS BENEFICIOS ASOCIADOS A LA SALUD DEL SUJETO ENTRENADO

En las últimas décadas, y sobre todo en este inicio del siglo XXI, en los países desarrollados y tecnológicamente avanzados, como el nuestro, la salud se está viendo deteriorada por varios factores, ya sean ambientales (contaminación, cambio climático) o sociales (estrés laboral, embarazos retardados), y fundamentalmente por el modo de vida, relacionado principalmente con malos hábitos de alimentación y con un estilo de vida sedentario. Un claro ejemplo son la incidencia de enfermedades como el Alzheimer, que se ven claramente fomentadas por el sedentarismo y la obesidad y por las enfermedades cardiovasculares derivadas de los mismos. 


Este fenómeno ha ido parejo a un crecimiento desmesurado de conceptos para referirnos a la salud y la calidad de vida en el ámbito de la actividad física y deporte. Ejemplos claros son términos como fitness, wellness, antiaging, Pilates, gimnasia regeneradora, etc. Expondré algunos términos tomando como referencia a Delgado y Tercedor (2.002).

  • Actividad Física: cualquier movimiento o conjunto de movimientos del cuerpo, producido por el músculo esquelético y que tiene como resultado un gasto energético. A éste concepto, habría que sumarle las características de experiencia personal y práctica sociocultural (Devis y cols., 2.000), sin las cuales no se podría entender por qué las personas realizan las actividades que realizan y no otras.
  • Ejercicio Físico: cualquier movimiento del cuerpo estructurado y repetitivo que tiene por objeto una mejora o mantenimiento de la condición física o también de las capacidades y habilidades motrices (aprendizaje motor). Por tanto, constituye un estímulo para desarrollar y perfeccionar todas las cualidades psico-físicas de las personas (consecución de adaptaciones morfo-funcionales y mejora de aspectos psico-afectivos y de relación social), siendo el objetivo final del entrenamiento personal.
  • Salud: condición humana con dimensiones física, psicológica y social, que va desde el extremo positivo, en el que se entiende la salud como capacidad de disfrutar y resistir desavenencias, y no sólo como ausencia de enfermedad y un polo negativo, donde la salud se entiende como enfermedad y, como ausencia absoluta de la misma o mortalidad (Bouchard y cols., 1.990).

Actualmente nos encontramos ante una evolución del fitness al wellness por diferentes razones: la nueva concepción entre actividad física y salud, la consecución de una mejora de los estilos de vida, la búsqueda del bienestar (no sólo físico sino también psicosocial, con gran importancia del componente afectivo). Y las nuevas motivaciones y demandas sociales en cuanto a salud y en cuanto a actividad física.

En esta situación surge la figura del entrenador personal, como aquel que aglutina los conocimientos técnicos, teóricos y prácticos que aúnan en un mismo servicio la orientación del entrenamiento hacia la actividad física en el estilo de vida y la condición física orientada a la salud.

Los motivos para la práctica físico-deportiva pueden ser sociológicos, físicos, epidemiológicos… el caso es que sabemos que debemos practicar ejercicio físico, y ahora surgen cuestiones como: ¿qué tipo de ejercicio?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿cuánto?, ¿con qué intensidad?, y aquí es donde actúa el entrenador personal, llevando a cabo un asesoramiento individualizado de cada caso y situación.

El entrenamiento personal se instaura, por el aumento de la demanda. Crecen los clubes, aumentan sus servicios, y lo que antes era algo exclusivo de unos pocos se ha popularizado entre la gran masa de la población que acude a los centros de fitness-wellness. A menudo, hay personas a las que su médico, traumatólogo, endocrino, fisioterapeuta, etc. les recomienda actividad física, pero hay que realizar el programa correcto para ese perfil de usuario, ya que no deben realizar cualquier actividad.


Beneficios para la salud asociados con el entrenamiento personal:

  1. Pérdida de grasa, control y mantenimiento del peso. Es fundamental centrarse en perder grasa y ganar músculo.
  2. Incremento del metabolismo: con una gran cantidad de masa muscular, el metabolismo es más alto y serán necesarias más calorías debido a que el músculo es metabólicamente activo.
  3. Disminución de la presión sanguínea en reposo: si la presión arterial es alta se deben utilizar pesos medios en entrenamiento de fuerza, trabajando a 15 repeticiones aproximadamente. Es posible reducir la presión sanguínea reduciendo la cantidad de sal y alcohol en la dieta, perdiendo peso y realizando ejercicio.
  4. Cambios positivos en los perfiles lipídicos sanguíneos: el colesterol HDL (bueno) sólo aumenta con el ejercicio (entrenamiento aeróbico y de fuerza) y la pérdida de grasa. Por supuesto, la dieta es importante para reducir el colesterol LDL (malo) y los triglicéridos.
  5. Reducción del riesgo de osteoporosis y aumento del contenido mineral óseo: con entrenamiento de fuerza y practicando ejercicios con pesos adicionales (como caminar y correr), se pude evitar que lo huesos se debiliten, pierdan densidad y sean más quebradizos. Los riesgos de fractura por inactividad se reducirán manteniendo un entrenamiento aeróbico de peso y de fuerza durante toda la vida.
  6. Mejora la integridad estructural y funcional de tendones, ligamentos y articulaciones: Tendones (que unen los músculos a los huesos) y ligamentos (que proporcionan integridad a las articulaciones uniendo los huesos) más gruesos y fuertes. Un músculo fuerte permite desarrollar más fuerza y obtener un mejor rendimiento con menos riesgos de lesiones para músculos, tendones, ligamentos y articulaciones.
  7. Mejora de las actividades físicas: una persona fuerte trabaja mejor y la actividad física le hace sentirse mejor.
  8. Mejora de la postura: la fuerza y la flexibilidad son las claves para corregir la postura corporal.
  9. Mejora de la imagen física: un entrenamiento de fuerza cambia el aspecto físico, solamente hay que observar a un corredor que simplemente entrena el sistema cardiovascular.
  10. Mejora la autoestima: el sujeto entrenado se sentirá más fuerte, se verá más fuerte y pensará que está fuerte.

Fuentes bibliográficas: 

  • El entrenamiento personal en el ámbito de la salud. López López, Manuel (doctor en AFyD). Sevilla Editor: Consejería de Comercio, Turismo y Deporte. (2008).
  • Libro del "personal trainer"  Brooks, Douglas. Barcelona. Editor: Paidotribo. (2001).


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