miércoles, 3 de octubre de 2012

ABC DE LOS SUSTITUTOS DE COMIDAS

Los suplementos conocidos como sustitutos de comidas están indicados para aquellos momentos en los que no podamos comer por falta de tiempo, o también en aquellos en los que deseamos asegurar un balance nutricional idóneo. La gran variedad de estos suplementos hace que podamos encontrar sustitutivos de comida incluso para el desayuno, con los más saludables ingredientes, siendo la mejor manera de sustituir una comida. Son productos empleados para reemplazar una o varias comidas diarias en dietas de bajo valor energético y pueden constituir una opción más frente a una dieta hipocalórica convencional como estrategia para el tratamiento y prevención de la obesidad.

Estos productos son simplemente productos dietéticos que son elaborados siguiendo una serie de formulaciones y controles nutritivos de alta precisión. Por lo general son relativamente bajos en calorías y altos en nutrientes, y sirven para sustituir a una o varias comidas a lo largo del día con la finalidad de lograr un ritmo de adelgazamiento fisiológicamente aceptable. La filosofía conceptual de su utilización consiste en actuar como aportes calóricos estrictamente controlados al margen de las comidas, o bien siguiendo en paralelo una dieta alta en proteínas. Procedimientos todos ellos, que requieren un control médico.
Su composición nutricional debe ser la adecuada para satisfacer las exigencias diarias de nutrientes esenciales o, cuando son pensados para sustituir parte de la dieta diaria deben proporcionar una parte significativa de dichos elementos a las personas a las que van destinados. Forma parte de los llamados alimentos destinados a ser utilizados en dietas de bajo valor energético para reducción de peso.Los valores energéticos de los sustitutos de comidas suelen oscilar entre las 200 y 400 calorías. De esta manera se pueden confeccionar programas dietéticos perfectamente controlados para aportar exactamente la cantidad de calorías deseadas por día a través de los tres macronutrientes básicos: carbohidratos, lípidos (grasas), y proteínas. Los carbohidratos suelen ser de bajo índice glucémico y entran lentamente en sangre a la vez que aportan energía para las funciones corporales. Los lípidos se incluyen en pequeñas cantidades, y garantiza el aporte de ácidos grasos esenciales y fibras para facilitar la saciedad.

Las proteínas suelen ser de alto valor biológico y permiten mantener o incluso incrementar la masa muscular a medida que paulatinamente se va quemando la grasa corporal. Además, para evitar carencias vitamínicas y minerales, los sustitutos de comidas proveen un mínimo de 30% de los aportes recomendados en vitaminas hidro y liposolubles, así como en minerales y oligoelementos. Cuando se consuman este tipo de sustitutos, se debe beber mucha agua de bajo contenido en sodio para hidratar el organismo, así como también consumir fruta fresca, rica en fibras, para aumentar el bolo alimenticio y producir una sensación de saciedad que dure más tiempo.
Lo más importante en todo proceso de adelgazamiento es recordar que jamás se debe sacrificar masa muscular por masa grasa. De ahí que adelgazar no corresponda a una simple perdida peso, si no a mejorar la relación masa muscular/masa grasa a favor del músculo. Si solo nos centramos en bajar de peso es muy posible que perdamos peso demasiado rápido a expensas de la masa muscular en vez de la masa grasa. En tal caso, si bien nuestro peso se reduciría considerablemente, nuestro porcentaje de grasa aumentaría. Lo único que conseguiríamos sería convertirnos en “flacos, obesos, y enfermos.” En consecuencia recomendamos perder un máximo de dos kilogramos al mes – o sea quinientos gramos de grasa por semana. Cantidades mayores forzosamente causaran una pérdida de la masa muscular.

Todo régimen de adelgazamiento debe ser realizado con conocimiento de causa e inteligencia, y respetando los parámetros dictados por la fisiología y la bioquímica del adelgazamiento y la inanición. Por lo tanto, en ocasiones es preferible limitar el consumo de los sustitutos de comidas a una o dos comidas al día, y complementar las otras comidas con menús equilibrados y bien adaptados. A lo largo del día existen una media de cinco comidas: desayuno, media mañana, comida, media tarde, y cena. Los sustitutos de comidas deben ser insertados en el proceso diario según la severidad del régimen, así como teniendo en cuenta la hora y la cantidad/calidad de ejercicios físicos complementarios que se realizan al día. En el caso de que se sustituyan todas las comidas, el procedimiento no puede ni debe extenderse más de dos semanas sin un estricto control médico.A pesar de sus múltiples ventajas, los sustitutos de comidas también pueden presentar serios inconvenientes que debemos tener en cuenta. Ante todo suelen causar un cierto grado de frustración ya que la variedad de sabores es limitada y constituye un factor importante a la hora de tolerar la repetición y el inherente aburrimiento asociado a la dieta. En consecuencia suele aumentar la sensación de estrés y nerviosismo con autenticas posibilidades de desembocar en un cuadro depresivo. También se puede incurrir en una falta de control de impulsos, a modo de un trastorno bulímico, donde la persona sufre deseos irrefrenables y verdaderos “ataques o atracones” incontrolables relacionados con el deseo de consumir azucares y grasas en grandes cantidades para satisfacer sus aparentes necesidades.
Los sustitutos de comidas, si bien están bien concebidos para regímenes alimenticios, ocupan poco volumen como bolo alimenticio dentro de la cavidad gástrica, y en realidad no sacian el apetito a nivel hipotalámico como lo hace la autentica comida. De ahí que solo unas pocas horas después de su ingesta surja una desagradable, y a veces incontrolable, sensación de hambre. Además, y en virtud de ser alimentos controlados en calorías y nutrientes, es muy fácil incurrir en ciertas carencias alimenticias si el proceso se extiende en exceso. De ahí la importancia de un estricto control médico. Finalmente, los sustitutos alimenticios no participan en nada en el tan importante proceso relacionado con la de educación alimentaria. Los sustitutos son sólo eso “sustitutos” – pero no son “comida” en sí. No enseñan a adelgazar o a mantener el peso con alimentos corrientes, ni a adoptar un régimen de alimentación sano y equilibrado que pueda ser mantenido a largo plazo. Desde el punto de vista médico, los sustitutos de comidas están contraindicados para ciertas poblaciones como los jóvenes adolescentes en fase de crecimiento, las mujeres embarazadas, las mujeres que den el pecho, y personas que sufran de trastornos alimenticios o gastrointestinales previamente diagnosticados. También están contraindicados en caso de presentarse agotamiento o cansancio, padecer algún tipo de carencia, o si existe algún trastorno psíquico de relevancia. Por lo general, el aporte energético de los sustitutos de comidas suelen ser insuficientes cuando se combina con una fuerte y reiterada actividad física y/o psíquica. Como último, no se recomiendan su uso con personas que sufren de trastornos alimenticios tipo anorexia o bulimia.



AUTOR: Guillermo A. Laich de Koller.


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