Los gimnasios en los hoteles son, generalmente, zonas en las que no existe una supervisión constante de un especialista en salud y ejercicio físico. Por ello, es imprescindible que existan normas de utilización que los clientes conozcan y respeten.
Existen numerosas normativas de uso de instalaciones y zonas cardiovasculares, sin embargo, no existen condicionantes legales para establecer dichas normas.
No está regulado legalmente el uso de estos espacios y queda íntegramente a criterio de la dirección de la instalación.
Al no existir vigilancia ni a nivel técnico ni de seguridad en muchos gimnasios en los hoteles, se hace imprescindible que las normas estén escritas, en un lugar visible, de fácil lectura y de tamaño adecuado para que cualquier usuario pueda leerlas sin dificultad. Las expresiones y términos deben ser comprensibles para cualquier persona no familiarizada con el ejercicio físico. De nada nos servirá indicar que no es recomendable para practicantes noveles trabajar por encima del umbral anaeróbico, por ejemplo.
Las normas serán, en consecuencia, particulares de cada gimnasio, aunque podemos encontrar aspectos comunes, que son los que detallamos a continuación:
Solo podrán acceder a la zona cardiovascular las personas que vayan a practicar actividad física. Esto nos permitirá evitar que la zona se convierta en un centro de reuniones imprevisto.
Por norma general, estará prohibido el uso del equipamiento por menores de edad si se encuentran solos o sin la supervisión de un mayor a su cargo, que será el responsable a efectos legales.
No está regulado legalmente el uso de estos espacios y queda íntegramente a criterio de la dirección de la instalación.
Al no existir vigilancia ni a nivel técnico ni de seguridad en muchos gimnasios en los hoteles, se hace imprescindible que las normas estén escritas, en un lugar visible, de fácil lectura y de tamaño adecuado para que cualquier usuario pueda leerlas sin dificultad. Las expresiones y términos deben ser comprensibles para cualquier persona no familiarizada con el ejercicio físico. De nada nos servirá indicar que no es recomendable para practicantes noveles trabajar por encima del umbral anaeróbico, por ejemplo.
Las normas serán, en consecuencia, particulares de cada gimnasio, aunque podemos encontrar aspectos comunes, que son los que detallamos a continuación:
Solo podrán acceder a la zona cardiovascular las personas que vayan a practicar actividad física. Esto nos permitirá evitar que la zona se convierta en un centro de reuniones imprevisto.
Por norma general, estará prohibido el uso del equipamiento por menores de edad si se encuentran solos o sin la supervisión de un mayor a su cargo, que será el responsable a efectos legales.
Si no se conoce el entrenamiento a realizar, se recomienda seguir las recomendaciones del fabricante. Evidentemente necesitaremos que la casa proveedora de material nos suministre un pequeño manual que adjuntar al equipamiento, o que exista en el mismo display de la máquina.
Es recomendable realizar un calentamiento previo al ejercicio, así como una vuelta a la calma tras el esfuerzo.
Es imprescindible el uso de ropa y calzado deportivo, no permitiéndose entrenar en bañador o sin la prenda superior y el torso desnudo.
No estará permitido introducir en la sala de entrenamiento bolsas o mochilas, estás, deben quedar en la zona destinada a tal fin. Con esto evitaremos pequeños hurtos de material, así como que dichas mochilas o bolsas sean susceptibles de ser sustraídas.
El centro se reserva el derecho de establecer un tiempo máximo de utilización por equipamiento en caso de que la demanda sea superior a la oferta de máquinas en uso.
Se ruega informar a los empleados del hotel de cualquier anomalía que se observe.
Estas normas pueden ser modificadas, ampliadas o reducidas por el hotel, pero siempre será recomendable que existan y que los usuarios las conozcan.
AUTOR: Gabriel Hernando.
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