Lo peor que nos puede ocurrir cuando se viven malos tiempos, es tener la fundada sospecha, la casi certeza de que los inmediatamente venideros serán peores. Esta afirmación avalada por la realidad actual y patente nos sitúa, a nuestro pesar, en un escenario evidentemente hostil al optimismo.
Si dos años atrás creíamos pasar por un estado transitorio que superaríamos sin mucha dilación, los tercos acontecimientos reiteradamente desalentadores, nos muestran una perspectiva bastante menos halagüeña que la del complaciente ánimo defensivo de los primeros años de esta crisis sin precedentes desde hace más de medio siglo.
No es mi intención abundar en el desaliento, pero describir la realidad comporta a menudo paladear, aun con desgana, sus detestables sinsabores. Habiendo dejado claro este aspecto, no por nefasto menos cierto, intentaré ahora ocuparme de otros menos desmotivantes. Podemos empezar por asumir el hecho de que la gravedad de un problema comienza a reducirse desde el mismo momento en que aceptamos su existencia. A partir de este punto, los siguientes pasos estarán dirigidos a superarlo o mitigarlo, consideremos el hecho de que encontrar escollos a lo largo de la vida forma parte del continuo proceso de adaptación a que esta nos somete. La habilidad para sortear estos escollos dependerá en gran medida de los recursos reactivos de que dispongamos, aunque no ignoro que la suerte juega su papel en este lance.
En tiempos difíciles como los actuales, son muchos los que han de esforzarse por subsistir. El mero hecho de conseguirlo debería considerarse un éxito, pues resistir los embates de esta desconcertante situación económica acaba por ser, en muchos casos, la única garantía de pervivencia. Aceptemos, por tanto, esta realidad e intentemos arrostrarla usando todos los recursos de subsistencia disponibles.
Sabemos que ante la dificultad se agudiza el ingenio, y me temo que para muchos este va a ser ya el único recurso, que no es poco, por cierto.
El sector del fitness está tocado, pero no hundido. Las últimas actuaciones del gobierno en política económica nos afectan negativa y directamente, algunos lo interpretan como recibir “la puntilla”. Y no les falta razón. Lo cierto es que nadie obrará milagros para salir de esta, lo que nos obliga a intentar ser artífices de nuestro destino, al menos en la medida que éste nos lo permita. Si como anteriormente he citado, la dificultad estimula el ingenio, cuando ésta es compartida favorece la unión, algo de lo que nuestro sector, siento decirlo, no puede presumir. Esperemos que dadas las circunstancias que concurren, sepamos
aunar ideas que ayuden a vitalizar el fitness, y entendamos que el beneficio general lleva implícito el particular, sin confundir este concepto con el de lícita y libre competencia que es asunto bien distinto.
Como ejemplo de actuación de doble efecto positivo en relación con los temas que trato: reacción-adaptación a situaciones de alarma económica e intervención agrupada en defensa del interés colectivo, citaré la encomiable iniciativa de nuestra editora: Inés Ledo, acometiendo la complicada tarea de organizar la Feria del FItness y BOdybuilding FIBO®, y obteniendo un claro resultado exitoso corroborado de forma unánime por todos los profesionales (también los aficionados) del sector. He aquí una muestra de aplicación de recursos audaces frente a situaciones difíciles. La reedición de esta feria es un gran estímulo revitalizador que promueve y aumenta las posibilidades de todas las parcelas del fitness, ya que todas las actividades que lo componen pueden disponer de un espacio donde mostrarse. Por otra parte, la confluencia de profesionales afines la convierte en un marco ideal para el intercambio y la interactuación. Estimo un despropósito no aprovechar este acontecimiento para, además de promover y reavivar el fitness, crear un foro de exposición de ideas y propuestas con libre participación de todos los profesionales interesados en promocionar y fortalecer el sector mediante actuaciones conjuntas a favor del beneficio general.
Vivimos tiempos de subsistencia a los que hay que adaptarse. No olvidéis que la adaptación es la antesala del fortalecimiento, digna cualidad que antes o después os reportará beneficios.
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