jueves, 5 de septiembre de 2013

PRESS PECTORAL

Un clásico en cualquier sala de musculación. El ejercicio press de pectoral lo podemos realizar en máquina o en banco. El ejercicio es sencillo, se trata simplemente de “empujar”. Pero cuando queremos “empujar” a límite de nuestras posibilidades, cualquier ayuda es bienvenida.


Atenderemos inicialmente al ejercicio en máquina. Podemos encontrar máquinas tumbado y sentado. En cualquiera de los casos nos interesa contar con un buen liberador de carga, para no tener que comenzar el ejercicio con una hiperextensión del deltoides anterior que ponga en peligro la articulación del hombro. Otra opción suele ser poder modificar el punto inicial del movimiento de press al variar la posición del agarre, incluso que existan 2 o 3 agarres distintos para realizar el ejercicio.
Cuando “sacamos el peso”, lo siguiente que debemos considerar es si el equipamiento cuenta con brazos de movimiento independiente (iso-lateral) o si ambos brazos de la máquina son dependientes (movemos uno de los brazos y el otro se mueve “solidariamente”). El hecho de que la máquina sea iso-lateral permite que el ejecutante pueda independizar el movimiento.
Partiendo de la base de que la línea imaginaria que une ambos agarres atraviesa la línea de los pezones del ejecutante en el momento inicial del movimiento, otro aspecto interesante a valorar es el recorrido que realizan los brazos de la máquina durante el ejercicio, y que es definido por el fabricante. Él decidirá si el recorrido es plano, inclinado o declinado.
Por último, el recorrido puede permitir movimiento por parte de los brazos de la máquina, de forma que el ejecutante pueda juntar las manos al final del recorrido, o bien el recorrido sea paralelo durante todo el movimiento o incluso que el recorrido preestablecido termine acercando ambos brazos.
Si nos fijamos en el banco de press banca, las características más importantes serían parecidas a las que podemos encontrar en un banco de press de hombro. A saber:
En primer lugar, una buena base de sustentación para el ayudante, para que pueda colaborar en “sacar la barra” de forma cómoda y sin riesgo para su zona lumbar.
A continuación, unos soportes del banco suficientemente separados para que la barra no se caiga en cuanto quitemos 1,25kgs de un lado. Sin embargo, estos soportes no pueden “pinzar” el pulgar del ejecutante por estar demasiado separados. Es un detalle que no todos los fabricantes cuidan y que puede suponer la diferencia entre un buen banco o uno que nadie use.
Por último, un sistema de seguridad sencillo, con bloqueos al dejar la barra en el soporte para que la misma no pueda vencerse a ninguno de los lados al quitar el peso. También es recomendable que los soportes sean diagonales y no verticales, pues nos permitirá “tirar la barra” al finalizar el ejercicio sin peligro de que rebote o que tengamos que pensar como dejarla.
Además, un buen banco que pudiera ser reclinable sería un detalle más, con un soporte para los pies (para no tener que hiperextender la zona lumbar durante del ejercicio si no se desea hacerlo).
En resumen, numerosos detalles que se nos antojan sin importancia hasta que nos encontramos en situaciones límite, que tanto gustan a los asiduos al gimnasio cuando de entrenar al pectoral se trata.
AUTOR: GABRIEL HERNANDO CASTAÑEDA.

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