El dolor lumbar es una de las patologías más frecuentes en nuestros días, y acostumbra a aparecer por una descompensación muscular entre los músculos fásicos (músculos encargados del movimiento) y los tónicos (encargados de mantener una postura correcta). Estos dos grupos deben complementarse, cuando los fásicos se inhiben de su función por exceso de laxitud y falta de tono muscular, los tónicos ceden, se acortan y ello deriva en patologías degenerativas.
Músculos tónicos:
En este grupo están los músculos posteriores, encontramos unos más profundos y otros más superficiales y localizados estrictamente en la zona lumbar. Dentro de los profundos debemos hablar de los músculos vertebrales (interespinosos, intertransversos y rotadores) son cortos y van de arriba a abajo de la columna. Su función es mantener el espacio correcto entre vértebras para que los músculos encargados de realizar los movimientos puedan realizarlo correctamente. En cuanto a músculos localizados en la zona lumbar, éstos ya superficiales debemos hablar del cuadrado lumbar y el psoas ilíaco, uno contrarresta la acción del otro y tienen como objetivo mantener la normal curva fisiológica de la columna lumbar y la correcta posición de la pelvis junto a los isquiotibiales y adductores.
Músculos fásicos:
Estos grupos musculares, tienden a perder tono, por tanto a ser laxos y a no ser capaces de realizar bien su función. Profundos pero por encima de los vertebrales encontramos los músculos paravertebrales, son largos y también se extienden a lo largo de toda la columna. Son encargados de mantener la verticalización del cuerpo y mantener el espacio correcto entre vértebras, siempre son solicitados sinérgicamente ante acciones físicas de gran intensidad. También debemos centrarnos en la musculatura abdominal (recto anterior, transverso, oblicuo mayor y menor) que son los encargados de proteger la columna vertebral por delante, del control visceral y contribuyen en mantener la posición correcta de la pelvis. No debemos olvidarnos de los glúteos y el cuádriceps, ambos también son responsables de la correcta posición pélvica.
¿De dónde puede venir el dolor lumbar?
1) De la fatiga de los músculos vertebrales y acortamiento de los paravertebrales, con lo que el espacio entre vértebras se ve reducido y deriva en problemas de degenración articular como artrosis, hernias, protusiones discales, etc.
2) De la descompensación muscular de la musculatura encargada de mantener la posición correcta de la pelvis. Esto puede dar lugar a la anteversión pélvica o la antepulsión pélvica, en los dos casos se produce un exceso de la curvatura fisiológica de la columna en la zona lumbar y también deriva en problemas degenerativos.
¿Cómo prevenir el dolor lumbar?
Evitar la fatiga de la musculatura postural (tónica) es la clave. Eso nos permitirá mantener un espacio entre vértebras adecuado, evitaremos problemas degenerativos y a su vez los músculos encargados del movimiento en esfuerzos físicos podrán realizarlo correctamente.
Conseguir un equilibrio entre los músculos tónicos y fásicos es la mejor garantía para mantener una buena salud vertebral y evitar que aparezcan diferentes patologías, por eso debemos tonificar la musculatura fásica y estirar mucho y de manera constante la tónica. Los músculos fásicos tienden a perder tono muscular y a inhibirse de su función y eso conlleva un exceso de trabajo en la musculatura tónica, siendo incapaz de realizarlo correctamente. Como consecuencia la musculatura fásica es solicitada para realizar funciones posturales para las que no está preparada y es cuando surgen las distintas patologías.
El trabajo debe estar bien planificado y estructurado, con una buena proporción de estiramiento-tonificación entre músculos tónicos y fásicos, en el cuadro siguiente vemos cuál debe ser esta proporción:
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