viernes, 5 de octubre de 2012

ACELERACIÓN COMPENSATORIA

Todo se mueve y todo movimiento es relativo. Cuando estudiamos el movimiento de algún objeto, siempre lo describimos en relación o respecto a otro. El movimiento que nos interesa en este artículo es el que se produce en el gimnasio cuando entrenamos con pesas.
Si bien es fácil reconocer el movimiento, no resulta tan fácil describirlo. Hasta los científicos griegos de hace 2000 años, que entendían muy bien muchas ideas de la física que estudiamos en la actualidad, se veían en grandes dificultades para describir el movimiento. Y no lo consiguieron porque no entendían el concepto de “razón de cambio” que corresponde a una cantidad dividida entre el tiempo, y nos dice cuanto de rápido ocurre un fenómeno, o cuanto cambia alguna cantidad en un determinado intervalo de tiempo. Todo movimiento se describe en términos de tres razones de cambio fundamentales: rapidez, velocidad, y aceleración.
La rapidez es una medida de lo deprisa que se mueve un objeto y corresponde a la razón de cambio a la que se recorre una distancia. El termino “razón de cambio” indica que estamos dividiendo alguna cantidad entre el tiempo, en este caso la distancia recorrida por unidad de tiempo – donde “por” significa “dividido entre.”
La velocidad también es una medida de lo deprisa que se mueve un objeto. La diferencia entra la rapidez y la velocidad es que la velocidad es una rapidez en una dirección dada. Por ejemplo: cuando decimos que una barra se desplaza a 2 metros por segundo sin especificar su dirección estamos indicando su rapidez; pero si la misma barra se desplaza a 2 metros por segundo en dirección vertical estamos especificando su velocidad.
La aceleración es una medida de lo deprisa que cambia de velocidad un objeto. La razón de cambio de la velocidad se conoce como aceleración. Podemos cambiar el estado de movimiento de un objeto cambiando su rapidez, su dirección, o ambas cosas. La aceleración representa una medida de lo deprisa que cambia la velocidad respecto al tiempo, o sea una razón de cambio de otra razón de cambio.


El termino aceleración se aplica tanto a los aumentos como a las disminuciones de la velocidad, fenómenos que se conocen como aceleración y desaceleración respectivamente. Aceleración es aplicable tanto a los cambios de rapidez como a los cambios de dirección, de tal manera que si cambiamos la rapidez o la dirección, o ambas, estamos cambiando la velocidad, es decir, estamos acelerando. A su vez, la cantidad de aceleración depende de la cantidad de fuerza total aplicada a un objeto.

La idea central en el concepto de aceleración es el “cambio.” Siempre que cambiamos nuestro estado de movimiento estamos acelerando. Tener una buena aceleración significa ser capaz de “cambiar rápidamente,” y no necesariamente ser veloz. Podemos apreciar los efectos de una buena aceleración cada vez que Diego Maradona, Ronaldo, o Lionel Messi se dirigen hacia la portería contraria con el balón. Como la aceleración corresponde a una razón de cambio de otra razón de cambio la unidad de tiempo aparece dos veces: primero como unidad de velocidad (en el numerador), y segundo como intervalo de tiempo durante el cual cambia la velocidad (en el denominador). Por ejemplo, cuando la aceleración es de un metro por segundo, escribimos: un metro por segundo cada segundo o un metro por segundo al cuadrado.
Nuevamente, la clave para comprender la física de la aceleración que hemos expuesto anteriormente se reduce al entendimiento de tres conceptos fundamentales: primero, lo que es la velocidad (una razón de cambio en una dirección dada); segundo, que la unidad de tiempo aparece dos veces (segundo cada segundo, o sea segundo al cuadrado), y tercero, que la aceleración es una razón de cambio de otra razón de cambio (o sea, dos razones de cambio).

Ahora bien, ¿que tiene que ver todo lo anterior con el concepto de “aceleración compensatoria”?  La respuesta es: “¡todo!” Mediante la aceleración compensatoria intentamos reclutar el mayor numero de fibras musculares posible, y mantenerlas activas durante el máximo tiempo posible – hasta el final del movimiento.
Por ejemplo, en un ejercicio de sentadilla y aplicando aceleración compensatoria, aplicamos cada vez mayor fuerza y aceleramos cada vez mas la barra a medida que las palancas corporales incrementan su eficacia. Por lo contrario, y a medida que llegamos a la parte final del ejercicio, el valor de la fuerza de la resistencia tiende a disminuir. Cuanto mayor sea la fuerza aplicada mayor será la aceleración compensatoria, y en consecuencia mayor y en menor tiempo será expresada la fuerza. En consecuencia la expresión de fuerza en velocidad, o sea de potencia, será mayor.
Ahora nos preguntamos: “¿Si realizamos cinco series de cinco repeticiones de sentadilla de manera estándar, cuanto beneficio fisiológico adaptativo real derivaremos de nuestro gasto total de energía?; y ¿que porcentaje del numero total de repeticiones constituirá una sobrecarga suficientemente importante como para poner en marcha nuestros procesos adaptativos fisiológicos? Con toda honestidad, y personalmente hablando, sospecho que el 75% del esfuerzo no nos habrá servido para nada.  ¿Por que sucede esto?.Por lo general, en la sentadilla solo nos esforzamos al máximo en el primer 25% del recorrido. El restante 75% lo realizamos a medio gas a medida que las palancas se tornan cada vez mas eficientes. En consecuencia la carga gravitacional es cada vez mas liviana.
Típicamente bajamos lentamente y salimos desde abajo, en el primer 25% del recorrido, mediante un esfuerzo máximo. Pero a partir de ahí nos frenamos para continuar realizando el restante 75% del ejercicio a una velocidad baja y constante, y con poco esfuerzo. En consecuencia el proceso de reclutamiento neuromuscular desactiva cada vez más fibras musculares. En ausencia de una aceleración compensatoria, podemos afirmar que solo las últimas dos repeticiones nos serán de alguna utilidad adaptativa. Las primeras tres, por haber sido de fácil ejecución, no habrán aportado nada significativo.
En todo esto: “¿qué nos queda realmente a modo de sobrecarga suficiente para activar los proceso fisiológicos de adaptación especifica a la demanda impuesta? La verdad es que más o menos el 25% nos habrá servido de alguna utilidad. El restante 75% prácticamente no nos ha servido para nada, ya que la sobrecarga, en función de la desaceleración y la mejoría en las palancas, no fue aplicada eficazmente a lo largo de todo el recorrido del ejercicio. Ahora bien: ¿qué habría que hacer para lograr el 100% de activación de las fibras musculares en cada repetición de cada serie, en el 100% del recorrido? La respuesta es: aplicar la aceleración compensatoria.
La acción de la aceleración compensatoria es muy parecida a la acción de los ejercicios isocinéticos donde la velocidad, independientemente de la carga, se mantiene constante en todo el recorrido. La diferencia radica en que en la aceleración compensatoria, en vez de controlar la velocidad del movimiento para que este se mantenga constante, aceleramos de manera compensatoria para que a medida que mejoren las palancas corporales la resistencia sea la máxima.
En otras palabras, a medida que ascendemos desde una posición de sentadilla profunda, la ventaja mecánica de las palancas corporales incrementan su eficacia. A menos que empujemos contra la barra en sentido vertical cada vez con más y más fuerza (aceleración), el factor de sobrecarga disminuirá proporcionalmente a la disminución de la carga. De esta manera en vez de que disminuya la magnitud de la carga al desacelerar, hacemos lo contrario y aceleramos. Aceleramos de manera compensatoria para contrarrestar los efectos negativos producidos sobre la carga en función de una mayor eficacia de las palancas corporales.
El resultado de esta aceleración se traduce en un incremento importante en la capacidad para generar una sobrecarga gravitacional con carácter fisiológicamente adaptativa.
La aplicación de aceleración compensatoria favorece el desarrollo de la fuerza explosiva así como la seguridad en los movimientos. No esta indicada en los ejercicios cortos como curls de brazos, encogimientos de abdominales (crunches), o en otros grupos musculares que actúan como estabilizadores. No obstante, si esta indicada en ejercicios como la sentadilla, press de banco, y arrancadas, donde tratamos de reclutar el mayor numero de fibras musculares posible, explotar en la vertical hacia arriba, y acelerar al máximo en cada milímetro hasta llegar al final del movimiento - no solamente al principio o al final del recorrido – sino en su totalidad.
AUTOR: Guillermo A. Laich De Koller.
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