viernes, 5 de octubre de 2012

PON UN CIRUJANO EN TU ORGANISMO

Si eres un deportista veterano, es muy posible que estés sufriendo las consecuencias de tantos años acumulando sobrecargas en tus articulaciones y tendones, e incluso es posible que necesites someterte a algún tipo de cirugía traumatológica. Si este es tu caso, piensa en las enzimas. Esto también te interesa si tienes protrusiones discales en tu columna, si has tenido una cirugía reciente de alguna articulación o si padeces de artrosis y dolor.
 
Las enzimas son proteínas que actúan sobre el metabolismo, haciéndolo más eficaz, y dirigiéndolo hacia el tipo de reacciones químicas que sean más necesarias. Funcionarían de forma semejante a los guardias de tráfico en nuestras calles. Dirigen y además ayudan y colaboran para que los cambios químicos san más fáciles.  Hay un tipo especial de enzimas, cuya función es la de destruir otras proteínas. Se conocen como enzimas proteolíticas, implicadas principalmente en la digestión de las mismas, y son un producto muy interesante para los deportistas que, como tu posiblemente, padecen sobrecargas.


El objetivo de emplear estas enzimas como suplemento es controlar la inflamación. En concreto, disminuyen la producción de fibrosis (esa especie como de callos o restos de una lesión mal curada o de una cirugía), que son proteínas al fin y al cabo, y mejoran también las funciones relacionadas con la circulación, las defensas y la inmunidad.




Las enzimas más utilizadas son la bromelanina, la papaína (ambas vegetales), la tripsina, la quimiotripsina y la pancreatina (estas tres últimas animales). Se trata, por tanto, de sustancias naturales.
El problema que siempre se ha planteado sobre su utilización, se refiere a que, cuando se administran oralmente, el tubo digestivo debería descomponerlas, de manera que, al ser destruidas, ya no resultarían de ninguna eficacia. Finalmente, los estudios por separado de Menzel, Steffen y Seifert, han demostrado que si es posible la absorción digestiva de enzimas completas. Seifert, además, demostró como las enzimas absorbidas se acumulaban en las regiones del cuerpo en donde existían fenómenos inflamatorios, tales como, por ejemplo, heridas.
Los efectos generales de la administración de enzimas proteolíticas por vía oral son:
Disminuyen los edemas (retenciones de líquido), la inflamación y el dolor, disminuyen la producción de fibrosis, reducen la viscosidad sanguínea y mejoran la circulación, reducen los niveles de colesterol y triglicéridos, restruyen complejos antígeno-anticuerpo, por lo que la inflamación deja menos secuelas y tiende, también menos, a hacerse crónica, ayudan a eliminar la cápsula fibrosa con la que se defienden los tejidos tumorales y disuelven microtrombos sanguíneos.
En medicina deportiva se han hecho estudios en reducción quirúrgica de fracturas (Rahn y Schwinger), operaciones de menisco (Rahn), esguinces de tobillo (Baumuller), traumatismos musculares (Baumuller), y reabsorción de edemas (Kleine y Muller-Hepburn).
Otros muchos investigadores, la mayoría alemanes, han obtenido excelentes resultados con esta terapéutica (Montag y Jackle, Worschhauser, Hipp, etc.), concluyendo que, sus atletas en estudio, podían regresar, en un tiempo récord, de nuevo a sus entrenamientos y a la competición.
Personalmente, me parece muy interesante su utilización para la recuperación rápida después de una operación quirúrgica de una articulación, tendones, músculos o ligamentos.
El hecho de que disuelvan los microtrombos capilares es muy importante en la prevención de tumores, ya que si un vaso sanguíneo se obstruye, el territorio del organismo que está por detrás de esa obstrucción recibe menos oxígeno, y los tumores crecen en tejidos poco oxigenados (son anaeróbicos en general). Si eliminamos esos microtrombos, la sangre y el oxígeno llegan a todo el organismo y dificultan el desarrollo cancerígeno.
Para que la administración sea útil, deben seguirse unas pautas concretas:
En traumatismos importantes tomar unos 30 comprimidos diarios (si, son un montón) repartidos en tres tomas que se hacen al menos una hora antes de cada comida.
En situaciones leves, bastaría con 2 a 5 comprimidos una hora antes de dos comidas.
Yo, generalmente prescribo 4 a 6 comprimidos una hora antes de dos comidas del día.
Personalmente, cada 6 meses suelo consumir un envase que dejo en mi aseo a modo preventivo, tomando unos 5 comprimidos nada más levantarme, una hora antes de desayunar, con agua templada, ya que el agua fría inactivaría a las enzimas.
Es fundamental que se tomen con estómago vacío para que se absorban a torrente sanguíneo y lleguen al punto de inflamación. En caso de tomarlos cerca de una comida, simplemente, ayudarán a hacer mejor la digestión (son enzimas), pero no pasarán a la circulación ni ejercerán su efecto curativo.
En algunos casos se observa un empeoramiento momentáneo de la inflamación crónica, que es un signo positivo de que el producto está haciendo su efecto, pero que a veces sugiere reducir ligeramente su dosificación.
No hay contraindicaciones absolutas para este tipo de tratamiento, aunque debe consultarse a un médico si se padecen problemas en la coagulación de la sangre, o se va a ver sometido a alguna cirugía. También debe estudiarse en situación de embarazo o lactancia. Esto se debe a su poder anticoagulante.
En relación a las cirugías, son muy interesantes días previos a la intervención y en las semanas siguientes. Esto permite que la agresividad de la operación no cause tanta inflamación, que mejore mucho la cicatrización y que se acelere considerablemente la recuperación. Podrás notar un avance muy importante en la mejora de la movilidad de la articulación operada. Siempre en intervenciones de rodilla o de columna.
Yo las comparo con un cirujano que entra en nuestro organismo, busca todos los sitios de inflamación y cicatrización reciente (fibrosis) y los limpia. Piensa que una cicatriz por una rotura o por una cirugía ocupa un espacio y produce un acortamiento de los tejidos a los que afecta, lo que limita mucho la recuperación de la movilidad completa que, es recuperada mucho más rápido con esta herramienta terapéutica.
Para tumores también son interesantes por otros factores, pues dificulta que las células cancerígenas se asienten en otros tejidos para producir metástasis.
Ojalá, que nunca necesites recurrir al empleo de las enzimas proteolíticas, pero, por si las necesitas, ya las conoces. Y como prevención no están nada mal.
AUTOR: Miguel Ángel Peraita Gómez de Agüero.
      






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