miércoles, 3 de octubre de 2012

EL CAMINO HACIA EL FUNCTIONAL TRAINING

Ahí estoy yo con 13 años empezando a entrenar con pesas en una especie de nave con olor a tierra de un club cerca de casa, se hacía lo que se podía, lo que te decía uno, lo que te explicaba otro, lo que lograbas leer en alguna revista americana y lo que te inventabas; afortunadamente, a nivel neurológico los incrementos de fuerza, se iban notando, pero muscularmente casi el mismo canijo bajito de siempre.






A los 15 años me apunté ya a un gimnasio “mas moderno”, todo lo que había en este universo era referido al culturismo, olor a hierro y sudor, no había otro estímulo que el de una hipertrofia sarcoplasmática, las agujetas eran el postre de cada día, pasé de un gimnasio a otro y mas culturismo. Los aumentos de fuerza seguían notándose y la masa muscular avanzaba muy poco a poco. A los 17 años me apunté a un club más deportivo (pesas, judo, básquet, mountain bike eran mi día a día). Ahí ya empecé a ver a los jugadores de básquet saltar a un plinto, yo con mi mente de mancuerna, ni caso. ¡Debí pensar que lo hacían mal! De repente ¡boom!... Mis hormonas aumentaron enormemente, la testosterona estaba llegando a su pico máximo, y ahora si que se empezaba a notar el aumento de masa muscular y de fuerza. Con 18 años realizaba 4 repeticiones con 150kg en el press de banca con 64 kg de peso corporal; en sentadillas el mismo peso. A los 18 años accedí a la universidad, a la licenciatura en Ciencias de la actividad Física, que por aquel entonces conocíamos como INEF, y aquí empezó a cambiar mi cabeza; encontré mi pasión: devoraba todo lo referido al entrenamiento, fisiología, etc. Y por supuesto también descubrí un mundo nuevo en lo referido al entrenamiento de la fuerza, todos sus tipos de entreno y adaptaciones, y los levantamientos olímpicos. Un par de años después empecé a aprender los levantamientos olímpicos con una buena metodología, pero en la sentadilla de arranque algo fallaba, mis brazos iban para delante, y todo el eje del ejercicio se modificaba desastrosamente. Yo ya hecho un viejo leoncito de gimnasio no podía hacer este “simple” ejercicio; sin embargo mi amigo Pepe, el graciosillo al que yo tenía que pasar a buscar para entrenar, que tenía 1RM de 80kg en press de banca, ¡lo ejecutaba de manera perfecta!
Yo tenía un patrón motor defectuoso, debido a una programación descompensada y desbalanceada de mi entrenamiento. 
El entrenador que me estaba enseñando los levantamientos me dijo “hasta que no puedas hacer este ejercicio no vas a poder hacer arranque de potencia”. Y aquí me encontré con un problema que solamente unos 10 años después, gracias al entrenamiento funcional, supe resolver, encontrando las respuestas a lo que había sucedido…Yo empecé a hacer esté movimiento mal ejecutado, al intentar hacerlo bien para compensar; entonces por fuerza de mi musculara escapular lograba realizarlo, pero al cabo de un tiempo me empezaron a doler los hombros. ¿Por qué? Porque como dice Gray Cook: “no agregues fuerza sobre la disfunción”. Si tengo un patrón motor “sucio” y lo sigo trabajando, al final algo va a salir mal: en mi caso fue obtener un lindo dolor de hombros. En ese entonces y por sentido común dejé de hacer las sentadillas de arranque, pero “cabeza dura”, empecé a trabajar más el músculo romboides, el trapecio medio, y los músculos rotadores externos del hombro y a estirar bien los pectorales. ¿Funcionó? Un poco, pero no lograba ejecutar el ejercicio de manera limpia, por lo cual: seguía habiendo excesiva tensión muscular.


¿Cuál fue el error entonces? Primero todavía no conocía (no sé si ya existían) los test de movimientos funcionales. Entonces, ¿Si hubiese tenido ese conocimiento en aquel momento, como debería haber actuado? Como explica Michael Boyle en su libro “Advances in functional Traininig”, primero hay que recuperar la movilidad (con relajación miofascial primero, luego con estiramientos y por último con ejercicios) luego dar estabilidad: en este caso a mis hombros (estabilidad estática y luego dinámica), para luego integrar al movimiento (con progresiones de ejercicios).Hoy en día, después de trabajar las mencionadas adaptaciones, ya puedo realizar las sentadillas de arranque, pero tengo muy poco tiempo para entrenar, paradojas de la vida.
Conclusión: evalúa, corrige y ajusta el entrenamiento funcional para poder aumentar el rendimiento sin riesgos de lesión.
Keep on function!

AUTOR: Joel A. Laborde





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