miércoles, 17 de octubre de 2012

HOY TOCA HÍGADO...

No es cosa fácil mantener nuestra energía con el ritmo cotidiano de vida que llevamos. De modo que nos llega a parecer normal el estado de agotamiento, el sueño de mala calidad, las malas digestiones o la pesadez mental, sin embargo, estos pueden ser síntomas, simplemente, de que tu hígado puede estarte envenenando…




Aún no hemos sido capaces de descifrar todas las funciones del hígado, casi tan complejo como nuestro cerebro, con su propia personalidad, aunque destaca por su capacidad para determinar lo que es tóxico para nuestro organismo y por sus vías para eliminarlo de nuestro interior. Cuando no funciona al ritmo adecuado, la consecuencia puede ser la intoxicación de nuestro cuerpo con una gran variedad de síntomas a veces no fáciles de relacionar: (1) Disminución de nuestra energía, (2) Problemas digestivos, hinchazón abdominal, diarreas o estreñimiento, (3) Mente confusa, (4) Aumento de Peso, (5) Rigidez, dolor, debilidad muscular, (6) Niveles altos de colesterol, (7) Desequilibrios del nivel de glucosa en la sangre, (8) Problemas de piel tipo acnés y eccemas o (9) Migrañas.
Incluso estos síntomas pueden agravarse con el empleo de los medicamentos que suelen usarse para paliaros, ya que entre sus efectos secundarios está frecuentemente la sobrecarga de trabajo e inflamación de tu hígado, de modo que puedes estar siendo empeorado por tu medicación, aunque parezca una paradoja.
Lo cierto es que cuando tu hígado está sano, tu te sientes sano. Los que trabajamos medicina funcional le damos una prioridad máxima junto con el intestino.
El hígado purifica la sangre de toxinas peligrosas: descompone sustancias nocivas de los alimentos, el aire, agua o cualquier otra cosa que entra en contacto con nuestro interior. Sin el hígado, estas toxinas del torrente sanguíneo podrían causar enfermedades en cuestión de horas.





Digiere las grasas con la bilis: Este líquido amarillento "emulsiona" o descompone las grasas. Funciona igual que un lavavajillas sobre los platos de la cena. La bilis es lo que te permite disfrutar de una comida pesada, sin sufrir problemas digestivos más tarde.
Regula los niveles de colesterol: libera tu cuerpo del exceso de colesterol LDL o colesterol malo, o de triglicéridos. En casos de estrés, por el contrario, el hígado genera más colesterol. Por eso hay muchos casos en los que la dieta es insuficiente para controlar sus niveles. Recuerda que del colesterol de la sangre sólo un tercio proviene de la comida, dos tercios los produce el hígado. Por eso las medicaciones que se destinan a disminuir tus niveles de colesterol, lo que realmente hacen es bloquear enzimas hepáticas para que no pueda ejercer esta función de producir más colesterol. El problema es que con esta medicación el hígado corre riesgo de inflamarse, que aparecen otros síntomas como los dolores de piernas o los deterioros cognitivos.
Regula los niveles de glucosa en sangre, controla las fuentes de energía del cuerpo mediante la liberación de moléculas de glucosa y de grasa, es responsable del equilibrio hormonal, está involucrado en la síntesis de hormonas sexuales, suprarrenales, control de estrógenos, funcionamiento de las hormonas tiroideas, etc. Además, cura heridas, ya que genera los factores de coagulación para frenar el sangrado excesivo para que tu cuerpo pueda comenzar a repararse a sí mismo de inmediato, sin importar la lesión.

El hígado realiza más de 500 funciones biológicas esenciales, hace más de 13.000 productos químicos y hormonas beneficiosas, gestiona más de 50.000 enzimas y compuestos que se necesitan para la buena salud, procesa todo lo que comes y bebes (incluyendo los medicamentos y los suplementos) y purifica la sangre de toxinas peligrosas. Por todo esto no extraña que no tener un hígado en buenas condiciones nos haga sentir más cansados y débiles. Por eso muchos de sus afecciones se confuden con síntomas de envejecimiento. Es por esto que una de las terapias “antiaging” más importantes pasa por tratar correctamente a tu hígado. Y la realidad es que la mayoría de nosotros no tiene hígados sanos, si bien es un órgano que apenas da síntomas específicos, al contrario de otras estructuras como una articulación o el pulmón.
Afortunadamente disponemos de un buen número de suplementos naturales de eficacia confirmada en la protección y puesta en orden de nuestros hígados. Son muy interesantes, pero no olvides que lo fundamental va a ser sacar de tu vida aquellos hábitos que le restan salud a tus tejidos, como el exceso de grasas y azúcares de la dieta, el alcohol, ciertos medicamentos, etc.

El más conocido es la silimarina, obtenida del Cardo mariano, y con efectos celulares sobre el hígado. Es muy rico en bioflavonoides antioxidantes, y sus usos para la salud son muy antiguos. Los estudios más destacados son de la Clínica Mayo, donde se demostró su eficacia sobre la salud del hígado y de la seguridad de su empleo. Protege contra los productos químicos peligrosos del hogar, sustancias químicas peligrosas como el tolueno y el xileno que se encuentran en casi todos los productos de limpieza del hogar.
Otro valioso aliado es el extracto de raíz de cúrcuma, probablemente la mejor planta antiinflamatoria de la naturaleza. Se ha utilizado durante siglos para aliviar la inflamación en los músculos y las articulaciones, en el tracto digestivo, el corazón y en especial en el hígado.
La raíz de diente de leónha sido un remedio usado por generaciones para apoyar el hígado, mejora la digestión, e incluso aumentar sus defensas naturales. Una de las razones es porque contiene taninos, antioxidantes de gran alcance para limpiar el hígado de toxinas acumuladas. También es reguladora de los niveles de potasio necesarios para tener una presión arterial equilibrada. Además es beneficiosa para los músculos, pues el potasio es fundamental contra los calambres musculares dolorosos.
Hoja de la alcachofa ya fue utilizada ampliamente en todo el antiguo Egipto para apoyar una mejor digestión, pues estimula la producción de bilis de su hígado. La bilis es un compuesto natural que es crucial para digerir y utilizar las grasas. Un estudio aleatorio, controlado con placebo demostró la bilis aumentaba hasta 127,3 por ciento después de sólo 30 minutos.

El ácido alfa-lipoico (ALA) es conocido como el "antioxidante universal". A diferencia de los antioxidantes, el ALA da nueva vida a las vitaminas antioxidantes gastadas que circulan en el torrente sanguíneo. ALA funciona tan bien que ayuda a neutralizar el efecto tóxico de los medicamentos antes de que puedan dañar su hígado. También mejora las funciones nerviosas, la fuerza muscular tanto máxima como su precisión en trabajos finos.
La N-acetilcisteína (NAC) es un aminoácido que funciona como un potente "vasodilatador" del hígado. Eso significa que aumenta el flujo sanguíneo nutritivo y depurador para el hígado. La NAC podría ayudar a salvar a las células del hígado de la "muerte química” por efecto de algunos medicamentos como el paracetamol.
La metionina es uno de mis favoritos. Se trata de un aminoácido que contiene azufre y que no solo es eficaz para eliminar grasa del interior del hígado, sino que además tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo del paciente, la depresión y la concentración. Ayuda a la eliminación de metales pesados, del exceso de colesterol, es un potente antioxidante, útil en la osteoartritis, colaborador del selenio, promueve la excreción de estrógenos en las mujeres que toman anticonceptivos, tiene propiedades antihistamínicas.
Para un hígado débil es difícil procesar de forma adecuada el colesterol o los triglicéridos. Es por eso que el colesterol y los triglicéridos altos son a menudo uno de los primeros signos de mal funcionamiento hepático.
Si has tomado medicamentos para el colesterol, sabes que pueden estar acompañados de efectos secundarios como fatiga y debilidad muscular. Eso es debido a que bloquean el flujo saludable de bilis en el hígado que necesita para digerir las grasas y las vitaminas D, E y A.
Además, también bloquean la CoQ10, el nutriente que es la base para que las células hagan el 95 por ciento de la energía que necesitan para funcionar. Eso es un alto precio a pagar para reducir el colesterol saludable
Con un hígado sano es mucho más fácil perder exceso de peso de grasa. Las hormonas del metabolismo estarán más equilibradas, nuestro cuerpo tendrá más energía para hacer ejercicio, en control de la glucemia controlará también la tendencia a almacenar grasa.

La piel también es un reflejo del funcionamiento del hígado. Una piel seca, picores, erupciones y el acné, pueden ser debidos a un hígado con exceso de trabajo. Si el hígado no puede procesar las toxinas que circulan en el torrente sanguíneo, se intentaran eliminar mediante la la piel, causando erupciones pruriginosas y manchas antiestéticas e imperfecciones. Además de ayudar a purificar la sangre de las toxinas que causan estos problemas, un hígado sano promueve una mejor absorción de nutrientes, de manera que se obtienen más antioxidantes para mantener tu piel joven y radiante.
Al pensar en salud, rápido vienen a nuestra mente el corazón, las arterias, el cerebro, los huesos… Hoy sabes que el gran repartidor de salud es…tu hígado. Cuidarlo no es complicado, dañarlo tampoco. De nuevo es primordial el tipo de dieta y de hábitos que tienes y, dentro de estos hábitos saludables, contempla aportar nutrientes naturales para que tu hígado pueda hacer frente a la enorme contaminación del nuestro entorno, que no solo está fuera de ti, está también dentro de tu cuerpo y si no lo notas es porque tu hígado tiene esa función de protegerte frente a la toxicidad que recibes de tu exterior, más la que tu le proporcionas si tus hábitos no son saludables.
Como siempre…salud.
AUTOR: Miguel Angel Peraita Gómez de Agüero.


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