miércoles, 3 de octubre de 2012

REGALO DE LA NATURALEZA


Los seres humanos somos los habitantes más omnívoros del planeta. Hemos hecho de casi todo un posible alimento, mediante múltiples formas de cocinado o de elaboración.

Es una evidencia del miedo de la especie humana por la inanición. A la vez hemos hecho de la alimentación un elemento comercial potentísimo, donde ya no se comercia solo con alimentos, sino con sabores. De este modo la industria alimentaria ha aprovechado una característica de nuestro paladar y que nos conduce a ser compulsivos con la comida. Así sabemos que cuando un alimento es salado, termina por saciarnos, cuando es dulce, termina empalagando, pero si es dulce y salado no somos capaces de dejar de comerlo. Es el ejemplo de las palomitas de maíz, los refrescos, las patatas fritas, el kétchup, las galletas, y tantos otros productos que, una vez que los hemos probado somos incapaces de cesar en su consumo, a veces incluso por muy hartos que estemos. Esto ha hecho también que nos acostumbremos a determinados tipos de sabores, hasta el punto que necesitamos esos componentes dulces o salados en nuestros alimentos.

Sin embargo, dada la mala prensa que tienen aditivos como los azúcares, bien conocidos sus efectos nocivos sobre la salud, se han buscado substitutos que hemos envuelto en un halo más saludable en cuanto a que, por ejemplo, no generan obesidad, pero hemos olvidado por el contrario los efectos perjudiciales acumulativos del consumo prolongado y habitual. Así aparecen aditivos como la sacarina sódica (dulce y salada) o el ciclamato sódico (dulce y salado) que hacen más atractivos alimentos que antes parecían prohibidos o de consumo restringido como los refrescos o bollería. Durante tiempo se han venido ofreciendo alternativas con tintes naturales para estos edulcorantes artificiales, que no han dejado de ser compuestos químicos acumulables y de toxicidad comprobada.

Así hasta llegar al empleo de un regalo de la naturaleza que es el stevia. Se trata de una planta de la familia del girasol, autóctona de América del Sur y América Central, utilizada por su sabor dulce, edulcorando unas 300 veces más que el azúcar, sin efecto calórico, siendo su consumo apto para diabéticos como veremos más adelante. Podemos decir que la stevia es un dulce regalo de la naturaleza. Los compuestos que la caracterizan son: Steviosido (el más abundante), Rebaudiosidos A a E (menos abundantes pero más endulzantes que el Steviosido. El Rebaudiosido A es el más abundante de los rebaudiosidos) y Dulcosido A. Estos steviosidos están presentes en torno al 5 al 22 % del peso seco de la hoja de stevia. El rendimiento del steviosido depende de la calidad de las plantas seleccionadas y de las condiciones de cultivo: insolación, terreno, regadío, etc. Además, se encuentran también en las hojas de stevia: aceites esenciales, flavonoides, minerales, vitaminas, taninos, calcio, zinc, potasio, magnesio, sodio, flúor, fibra, clorofila, agua y muchos otros constituyentes en forma de trazas.Fue en Alemania en 1908, P. Rasenack que aisló por primera vez el componente endulzante steviosido bajo su forma cristalina. El mismo año, otro investigador alemán, K. Dieterich también publicó un artículo en Pharmazeutische Zentralhalle. Las búsquedas continuaron entonces en diferentes laboratorios alemanes. En 1918, el Doctor Bertoni habla ya en un artículo de la posibilidad de sustituir el edulcorante corriente de la época, es decir la sacarina por la stevia. En resumen, indica que la stevia, que no es tóxico, sino al contrario, beneficioso para la salud como lo demuestra su utilización milenaria. 
                                  
Son los investigadores Pomaret y Lavieille quienes demuestran en los años 30 la no absorción por el cuerpo humano del steviosido y rebaudiosido cuando son ingeridos por el consumo de stevia. Este descubrimiento es importante, ya que demuestra que estos agentes endulzantes no aportan calorías al organismo.Durante la IIGM, el Dr. Meiville expone el modo de librarse de importaciones de azúcar de caña gracias a la stevia, cultivandola en Gran Bretaña en invernadero. El mismo interés lo desarrolla Japón tras la ll Guerra Mundial, pues era dependiente al 100 % de las importaciones de azúcar. Para el resto del mundo ha sido fundamental la experiencia de Japón en más de 20 años de utilización de este producto en su dieta habitual. Al hablar hoy de la stevia quiero hacer hincapié en dos grandes aspectos a su favor: (1) Los beneficios de utilizar stevia como aditivo con efecto edulcorante. (2) La ventaja enorme que supone para la salud dejar de usar otros aditivos edulcorantes a los que sustituimos por la stevia, tales como el aspartamo, el ciclamato o la misma sacarina, que han sido vinculados con efectos promotores de diversos cánceres, alergias, problemas inmunológicos, cardiovasculares, etc.
BENEFICIOS DE LA STEVIA:
Su valor fundamental tiene que ver con el control de los niveles de glucosa en sangre. Es decir, no solo no tiene efectos negativos sobre la resistencia a la insulina, la obesidad, la grasa hepática y abdominal, como otros edulcorantes, sobre todo los que provienen de siropes de fructosa, sino que aporta propiedades para la mejora de todas estas situaciones, y se trata de información documentada en todos los casos.
Tenemos evidencia científica de que es útil para disminuir la tensión arterial cuando ésta está elevada, según estudios en humanos (Clin. Ther., 2003), se destacó además, la ausencia de efectos colaterales. También en humanos sabemos que ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina (Biol. Pharm. Bull., 2002; Am. J. Physiol. Endocrinol. Metab., 2007). Esta condición favorece que las células utilicen mejor a la glucosa para producir energía, en lugar de para generar grasa. Ambos aspectos, el hipoglucemiante y el antihipertensivo, son de un gran interés en el campo de los pacientes con síndromes metabólicos.
Tenemos evidencia científica de que es útil para disminuir la tensión arterial cuando ésta está elevada, según estudios en humanos (Clin. Ther., 2003), se destacó además, la ausencia de efectos colaterales.
También en humanos sabemos que ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina (Biol. Pharm. Bull., 2002; Am. J. Physiol. Endocrinol. Metab., 2007). Esta condición favorece que las células utilicen mejor a la glucosa para producir energía, en lugar de para generar grasa. Ambos aspectos, el hipoglucemiante y el antihipertensivo, son de un gran interés en el campo de los pacientes con síndromes metabólicos. Ambos aspectos, el hipoglucemiante y el antihipertensivo, son de un gran interés en el campo de los pacientes con síndromes metabólicos. En diabéticos tipo 2 ayuda a regular los niveles de glucosa de después de las comidas (Metabolism., 2004; Metabolism., 2003), de modo que se producen menos picos de hiperglucemia tras las ingestas.
Más aún, tiene efectos positivos sobre las células beta del páncreas (Metabolism., 2000), sobre todo consumida en forma de infusión de las hojas secas. Las células beta del páncreas son las responsables de generar los niveles adecuados de insulina acorde con la ingesta.
Además puede mejorar los efectos de los medicamentos hipoglucemiantes usados para controlar la diabetes (Metabolism., 2006), repercutiendo en el uso de menos medicamentos.





La stevia tiene también efectos preventivos sobre las alteraciones renales relacionadas con la evolución de la diabetes (J. Med. Food., 2011).También es útil en el terreno inmunológico, tanto a nivel de la inmunidad celular como humoral (Chem. Biol. Interact., 2008) siendo de interés en situaciones como alergias o procesos autoinmunes. Tiene efecto favorable en la recuperación de las lesiones musculares (J. Agric. Food. Chem., 2012), posiblemente por sus efectos de tipo antioxidante y antiinflamatorio e inmunomodulador (J. Agric. Food. Chem., 2006).
La lista sigue con más experiencias que la describen con efectos cardiotónicos, reductor de los niveles de ácido úrico, o útil en la atenuación de la pirosis (ardores de estómago). SI el lector quiere conocer las referencias bibliográficas en profundidad puede escribir a: director@gymfactory.net.
La stevia también tiene utilidad en el cuidado de la piel para suavizar y reducir las líneas de expresión facial así como a tratar problemas como el acné. Se aplica directamente sobre la piel como lavado en forma de té concentrado de stevia o una dilución de su concentrado en polvo y se deja secar por 20 – 30 minutos. El concentrado de stevia es también útil en casos de seborrea, dermatitis y eczema. También tiene propiedades cicatrizantes por lo que se puede utilizar directamente en pequeñas heridas. Datos de este tipo hacen considerar a la stevia como un aditivo con un gran potencial de futuro. En primer lugar por ser de indicación en problemas de tipo nutricional, pero fundamentalmente porque puede implicar una reducción del consumo de aditivos y de sustancias químicas de síntesis, con efectos nocivos demostrados contra la salud.


  


AUTOR: Miguel Angel Peraita Gómez de Agüero.



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