miércoles, 16 de octubre de 2013

FITNESS CON FUNDAMENTO

Desde que el fitness inició su implantación, proponiendo un método o sistema para mejorar el estado de forma física en el más amplio sentido de la expresión, hemos visto incorporarse a su ámbito numerosas propuestas sucesivas presentadas con la aureola de novedosas. Algunas de ellas, las más peregrinas, sucumbieron pronto; otras, algo más perdurables tampoco soportaron la criba del tiempo, y sólo las más fundamentadas perviven configurando lo que llamamos fitness. En realidad hay ya tantas actividades en este espacio, que se hace difícil definir el fitness como actividad deportiva concreta, pues todas estas modalidades en conjunto, establecen una línea difusa nada fácil de determinar.


En esencia, fitness es un concepto que sintetiza en una palabra un estilo de vida. Si lo analizamos en profundidad, encontraremos que su práctica habitual y seria, muestra cierta actitud de “rebeldía” contra estilos de vida tradicionales marcados por hábitos probadamente insalubres. El practicante de fitness adopta comportamientos que son avalados como saludables, en contraposición a la todavía forma de vida mayoritaria que descuida aspectos tan esenciales como una correcta alimentación, un programa de ejercicio físico adecuadamente diseñado y cuantos recursos tiene a su alcance para procurarse una vida disfrutable.  
Es comprensible y de todo punto legítimo, que esta industria deportiva, invente, cree y desarrolle productos que incrementen las oportunidades de negocio, e igualmente comprensible y legítimo es que algunos deslicemos una mirada crítica desde la exigencia profesional. El argumento más usado para sustentar la introducción de actividades novedosas, suele ser la necesidad de que el ejercicio físico sea divertido para mantener interesado al cliente. Seguramente no le falta razón a quien así piensa, y es una evidencia que una buena parte del público asistente a los gimnasios se siente atraído por las actividades “divertidas”. Estoy de acuerdo en que se le ofrezca al cliente lo que quiere, y si lo que quiere es diversión, justo es que se le provea de ella.


Sin embargo, desde mi punto de vista, convendría aclarar algunos conceptos e intentar ejercer nuestra profesión con todo el rigor exigible. Entiendo que la práctica de fitness es un medio para progresar en el estado de forma  y alcanzar, como mínimo, un aceptable nivel de acondicionamiento físico. Bien, sabemos que un individuo en baja forma responderá positivamente ante un grado de esfuerzo físico inmediatamente superior al que realiza en su vida ordinaria, por tanto, puede empezar a progresar practicando una actividad recreativa que le permita divertirse, si ésta supera en intensidad a la que está habituado; y puede mantenerse en este nivel si todo lo que pretende es divertirse, eso sí, una vez adaptado, esto no le reportará más beneficio que pasar una tarde en el cine. Ahora bien, si por el contrario pretende seguir progresando y elevando el grado de acondicionamiento, entonces precisará de algo más que el mero esparcimiento, sencillamente porque en este punto, alcanzar progresos comporta un nivel de esfuerzo difícilmente compatible con la diversión, por lo que prescindir de reparos en explicar este concepto simple, debería ser de obligado cumplimiento desde una óptica ética.
Por razones que no valoraré, pues no conciernen al caso, existe en todo el ámbito empresarial la imperiosa necesidad de presentar novedades de forma continua y sucesiva, creando una situación de eventualidad constante en todo lo que se inventa, así se impone una vanguardia muy activa destinada a innovar en un esfuerzo perenne por la competitividad. Si bien esta dinámica es altamente productiva y enriquecedora, conviene, no obstante, examinar y, por qué no, poner en tela de juicio las novedades, especialmente aquellas cuyo único fundamento es exclusivamente la novedad. A mi edad, que empieza a ser avanzada, he vivido lo suficiente para saber que, salvo excepciones, no hay nada nuevo en las novedades, pues en su mayoría vienen a ser variaciones de lo que ya existe. Además, nada es mejor por ser nuevo si no está avalado por argumentos que lo demuestren. El significado de innovar es hacer cambios introduciendo novedades, pero también significa llevar algo a su estado anterior, lo que es muy conveniente cuando los cambios son a peor.
Poniendo la lupa en el fitness, podemos acercar ciertas actividades muy novedosas e ¿innovadoras?, que en mi discreta opinión y la de un grupo de entrenadores y diversos profesionales de la salud con quienes he consultado, pueden comportar claro riesgo para sus practicantes: altos impactos reiterados, frecuentemente con cargas adicionales, acrobacias que requieren de una pericia poco probable en aficionados inexpertos y diferentes tipos de levantamientos de cargas técnicamente dudosos. No me propongo alzarme contra nadie, pues considero que, desde su exclusiva responsabilidad, un individuo es libre de elegir lo que le plazca si con ello no causa perjuicio ajeno. Mi propuesta no es más que una llamada a la sensatez y el sentido común. Creo que el fitness cuenta con métodos seguros y eficaces para proveer a cualquiera del estímulo óptimo que le lleve a conseguir el mejor estado de forma posible con el mínimo riesgo. Pero lo más destacable es que estas actividades con alto riesgo de lesión, cuando son sometidas a un detenido estudio se comprueba que tampoco son novedosas, sino, como advertía anteriormente, variaciones de prácticas que ya fueron superadas por otras más sólidas y efectivas y sobre todo más seguras para obtener los resultados que el fitness propone. Si sólo nos preocupa el negocio inmediato, creemos modas aunque no sirvan para mucho, cuantas más mejor. Pero si queremos ser útiles a la sociedad, sin por ello renunciar a un negocio sólido y con futuro, entonces comprometámonos a difundir el fitness con fundamento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
Gym Factory © 2014 gymfactory.net & Gym Factory . ...