ATHLETIC FITNESS

La incorporación del Athletic Fitness al catálogo de competiciones IFBB, ofrece una nueva oportunidad para reimpulsar la actividad en los centros deportivos dedicados a la práctica del Fitness. Las características de esta nueva competición deportiva, aglutinan un conjunto de ingredientes atléticos atractivos tanto para el atleta competidor como para el espectador.

La división en tres fases independientes: evaluación del físico, evaluación de fuerza (dominadas y fondos en paralelas) y evaluación de resistencia, componen todos los elementos para calificarlo como deporte completo, ya que a la exigencia de sus pruebas atléticas añade la cualidad de poseer un desarrollo muscular proporcionado.
No pretendo extenderme en la descripción estricta de los componentes atléticos de esta nueva disciplina deportiva, ya se estarán encargando de ello sus coordinadores. Lo que quiero destacar es la oportunidad que esta actividad puede, debe, suponer para miles de centros de fitness, siempre dependientes de la necesidad de reinventarse ofreciendo nuevas alternativas a sus clientes.

Si sopesamos los pros y contras de incluir esta incipiente y prometedora modalidad atlética en la oferta de actividades de un centro de fitness, claramente quedará vencida la balanza hacia el lado de las ventajas. La expectativas que presenta este deporte, si es bien promocionado, atraerá, sin la menor duda, el interés de un gran número de practicantes que hallarán en esta competición un aliciente estimulante. Estoy seguro de que llamará la atención, no sólo de los habituales del fitness, sino también de atletas de otras disciplinas, más o menos afines, dispuestos a ampliar su actividad competitiva por no suponer incompatibilidad con su preparación ordinaria. Pero no es exclusiva de los inquietos competidores y de los centros deportivos la oportunidad que ofrece el Athletic Fitness, también es aprovechable en buena medida por entrenadores, federación, asociaciones profesionales, fabricantes de equipamiento deportivo y de productos relacionados con el deporte, que encontrarán un espacio propicio para promocionarse apoyando esta actividad. En definitiva, podemos afirmar que existe una confluencia de intereses diversos que abarca a toda la comunidad del fitness, en el supuesto caso de que tal comunidad exista en sentido estricto.

Aunque sean apreciables las posibilidades de crecimiento y expansión de esta práctica deportiva, alcanzar una exitosa implantación implicará la elaboración de un proyecto serio, ambicioso y bien coordinado. El ámbito profesional del fitness no es reconocido por estar organizado en el trabajo conjunto a favor del interés común, en mi opinión se destaca por lo contrario: exceso de independentismo infructuoso, una especie de miopía gremial de difícil curación. Pero la actualidad depara serias dificultades en todos los sectores económicos, y es precisamente ante las dificultades cuando más conviene estar unidos. Ésta debería ser una razón sólida y convincente para iniciar un cambio en la tendencia y aquilatar las ventajas de crear un nexo que unifique esfuerzos y aportaciones en beneficio general. No ignoro que mi propuesta puede no llegar más allá de ser la voz que predica en el desierto de la indiferencia mayoritaria, aún consciente de ello, no eludo el atrevimiento de instar desde esta sección de Gym Factory a todos los aludidos y posibles beneficiarios de mi proposición.
Si aceptamos que el Athletic Fitness reúne las condiciones necesarias para conseguir gran éxito social, el paso inmediato obligado es canalizar su promoción de forma óptima, por lo que facilitar actuaciones conjuntas para su difusión aumentará las posibilidades de crecimiento de su demanda. Pues aunque se trate de una actividad atractiva, si no cuenta con los medios adecuados de divulgación efectiva, su implantación quedará al arbitrio de la suerte, con el riesgo de perder parte de sus posibles resultados provechosos.

Fijémonos en otras actividades relacionadas con el fitness que han logrado una alta aceptación, más fruto del marketing que de su valor esencial, llegando a instaurarse obteniendo gran prestigio aún con escaso fundamento. La industria del fitness elabora productos con el fin de seguir proyectándose en una sociedad altamente receptiva a las novedades, el inconveniente que presenta esta tendencia es la creación de ofertas peregrinas y efímeras por falta de consistencia y de componentes con auténtico fundamento. En rigor, nada es mejor por ser nuevo, pero sí por ser bueno. El Athletic Fitness contiene, a mi juicio, los elementos necesarios para convertirse en DEPORTE con mayúsculas y sin peros, con gran potencial de desarrollo y la capacidad de despertar la atención y el interés de gran número de potenciales competidores y, sin duda, la curiosidad del público, aficionado o no, a la práctica del fitness.

Sobre la base de lo explicitado, podemos inferir la conveniencia de cohesionar las distintas partes interesadas en la expansión de esta prometedora y singular modalidad deportiva. Lo más difícil será coordinar las diversas acciones que han de llevarse a cabo por parte de un colectivo poco unido, ausente de sentido corporativista, en el mejor sentido de la palabra, y habitualmente ajeno a las actuaciones conjuntas. Esto no es una queja infundada, es una descripción objetiva basada en la atenta observación. Pero como prefiero ser optimista aunque sea a contracorriente de los hechos, tengo el convencimiento de que a poco se desplieguen iniciativas audaces, se puede obtener la respuesta colaboradora de todas las partes interesadas. Si se encuentra la forma óptima de fomentar tanto la práctica como la competición del Athletic Fitness y alcanzar su implantación de manera estable y progresiva, los principales beneficiados serán los gimnasios y centros deportivos que acierten a incluirlo en su lista de actividades; y sólo desde esta circunstancia previa se podrá proyectar con éxito su desarrollo, hacer crecer su demanda y atraer la mirada de posibles y necesarios patrocinadores cuya imprescindible inversión se vea estimulada por la garantía de una clara rentabilidad.
En fin, aunque no es necesario destacar que se trata de una opinión modesta y personal, probablemente no está muy alejada de la realidad. Si además llega a ser útil para despertar aunque sólo sea la curiosidad de algunos, me daré por más que satisfecho. Eso sí, no cejo en la convicción de que el Athletic Fitness puede ser una interesante oportunidad de impulsar el desarrollo de este sector en todos los órdenes que debería ser aprovechada. Así lo espero. Por lo que deseo larga vida al Athletic Fitness.

AUTOR: Antonio Manzano.