Los gimnasios en los hoteles están pensados para los clientes que se hospedan en dichos hoteles. Sin embargo, por las zonas en las que muchos de estos hoteles están ubicados, por la dificultad de encontrar locales en la misma zona a precios asequibles y por la infrautilización de estos gimnasios, suponen espacios muy sugerentes para ser explotados por empresas especializadas.
Estos gimnasios se encuentran en zonas de la ciudad donde es muy complicado encontrar espacios rentables para que se instalen gimnasios y centros de fitness.
Además, estos gimnasios suelen ser espacios infrautilizados o, al menos, espacios a los que no se saca el máximo rendimiento económico. Por ello, es sugerente la idea de explotar estos gimnasios en los hoteles por parte de empresas o empresarios especializados. Con un acceso limitado de clientes, ya que se trata de un espacio dentro de un hotel, nunca debemos olvidarlo.
Estos gimnasios se pueden explotar de manera controlada, de tal forma que sean utilizados por personas ajenas al hotel, que utilicen de este, tan solo el gimnasio. Como hemos mencionado, se trata de un local (gimnasio) dentro de otro local (hotel), por lo que el control de acceso es más complicado que lo que puede ser a un centro de fitness. Salvando esta consideración, que puede ser solventada con claves de control de acceso al gimnasio (en forma de tarjeta o contraseña, por ejemplo) el resto de cuestiones prácticas que puedan afectar al entrenamiento en si son de menor importancia: es habitual que estos gimnasios cuenten con un pequeño aseo / vestuario donde los clientes se puedan cambiar antes y después de entrenar.
¿Qué actividades se pueden ofrecer en el gimnasio en el hotel? Dado que el control de acceso limita las posibilidades, ya que permitir que accedan al gimnasio, y como consecuencia al hotel, de muchas personas a la vez, como puede ocurrir en una clase colectiva, lo más sencillo es trabajar con clientes de forma individualizada o en pequeños grupos.
De forma especializada estaremos hablando de entrenamiento personal, y en pequeños grupos estaremos hablando de clases de Pilates mat. Las posibilidades, dentro de estas limitaciones, son enormes, ya que los clientes potenciales que pueden acudir a este “espacio” son muy diversos: personas que vivan en la zona y no encuentren un gimnasio cerca, personas que trabajen en la zona, clientes del hotel o incluso personal del hotel.
Corresponderá al propio hotel decidir si desea explotar el gimnasio o si desea reservarlo solo para los clientes, y si desea explotarlo, las condiciones en las que lo hará: limitando horarios de uso, estableciendo un alquiler a la empresa explotadora, trabajando “a porcentaje” con diversos entrenadores personales e instructores de Pilates, etc. Estas son cuestiones específicas a tratar en cada caso.
AUTOR: Gabriel Hernando Castañeda
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